Unión de Uniones ha analizado los datos oficiales de las muertes y muestra su preocupación ante la escasa respuesta de las administraciones
- Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos certifica, a partir de los datos oficiales, que está habiendo incrementos de mortalidad en las granjas de vacuno muy por encima del promedio habitual en las zonas más afectadas por la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica.
La organización ha analizado la evolución hasta septiembre de las muertes ocurridas en ganado vacuno, en todas las provincias a través del seguro de retirada y destrucción de animales, para estudiar los posibles indicios de la influencia de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica en la mortalidad de la cabaña de vacuno. Si bien cabe destacar que las variaciones pueden deberse a diversos factores además de la propia EHE (sequía, otras enfermedades, etc…), se dan variables que muestran indicios de un incremento de mortalidad atribuibles a esta enfermedad.
En primer lugar, con respecto a meses donde no ha circulado la enfermedad, la variación de mortalidad en provincias y meses en las que sí ha circulado es muy superior. Así, se han observado grandes aumentos de recogida, de hasta un 197% por ejemplo en la provincia de Ciudad Real, durante el pasado mes de julio con respecto al promedio de animales recogidos ese mes en el periodo 2019-2022 por lo que se refiere a la categoría de razas cárnicas.
Además del incremento de las retiradas con respecto a años anteriores, otro de los indicios es la evolución espacio-temporal de estos picos en la tasa de recogida de animales: se han producido en una secuencia territorial similar y de forma simultánea a la evolución del reporte de focos de la enfermedad por parte del Ministerio de Agricultura.
La organización pone de manifiesto así que en las provincias donde la EHE estaba extendida hasta septiembre, el incremento en la retirada de cadáveres registra datos tan llamativos, aparte del de Ciudad Real, como los de Córdoba (182%) y Huelva (151%) en julio; Ciudad Real (192%), Toledo (128%), Cáceres (113%) en agosto; Madrid (130%), Segovia (121%), Zamora (120%), Ávila (95%) y Salamanca (80%) en septiembre, según los datos oficiales; siguiendo así la misma evolución que ha seguido la EHE.
En cuanto a la mortalidad de los animales, ésta podría estar siendo superior a la ofrecida por las administraciones, que la determinan en un 0,5%, mientras que Unión de Uniones estima, a partir de los datos obtenidos y del SITRAN, una mortalidad de un 0,48% del total de toros y nodrizas mayores de 24 meses en toda la CCAA de Andalucía; 0,74% en Castilla y León; 1,64% en Castilla-La Mancha; 0,70% en Extremadura o 0,74% en Madrid. Datos que serían más graves si se trasladaran a nivel provincial o comarcal, más ajustado a la evolución de la enfermedad.
Unión de Uniones muestra su preocupación ante los daños que está provocando esta enfermedad y critica la gestión que se está haciendo por parte de las administraciones estatal y autonómicas. Hay que resaltar que la EHE no es una zoonosis, por lo que no se transmite en ningún caso desde los animales al humano ni a través de la ingesta de alimentos que provengan del vacuno, recalcando la total seguridad en el consumo; pero sí que está provocando graves pérdidas a nivel de granja. Además de este incremento de la mortalidad, se están dando pérdidas en materia de abortos, gastos veterinarios e incertidumbre sobre los efectos a largo plazo de la enfermedad.
Ante esta situación, Unión de Uniones cuestiona que desde las administraciones no se esté respondiendo a la magnitud de una nueva enfermedad con este nivel de afectación para el ganado. Únicamente, por parte de algunas administraciones autonómicas se han prometido ayudas económicas, aunque no se han concretado ni siquiera cuantías presupuestarias.
Unión de Uniones trasladó ya semanas atrás al Ministerio de Agricultura una batería de veinte propuestas, que pasan entre otras cosas por apoyar institucionalmente el desarrollo de vacunas, mejorar la disponibilidad de desinfectantes, coordinar un mayor nivel de vigilancia y prevención en el sector, mayor transparencia y divulgación con el sector, apoyar a las CCAA en la dotación de ayudas directas que compensen suficientemente las pérdidas, inclusión de la enfermedad en el seguro agrario y evitar un recargo por la incidencia de la enfermedad, así como evitar la reducción de ayudas de la PAC por la mayor mortalidad.