En las explotaciones de pequeños rumiantes es difícil llevar a cabo medidas de bioseguridad estrictas, ya que muchos rebaños son extensivos y salen a pastar fuera de la granja para aprovechar los recursos, especialmente los rebaños de ovino de carne.
Sin embargo, existen una serie de acciones que nos pueden ayudar a controlar enfermedades que causan grandes pérdidas económicas en las explotaciones, como las diarreas de los corderos o los problemas de abortos.
Para empezar a prevenir o controlar los problemas digestivos y los abortos, una de las primeras medidas que hay que tomar en una explotación es decidir qué calendario de cubriciones se va a seguir, ya que es importante establecer épocas de partos a lo largo del año con una duración determinada –no más de 45 días– para poder planificar todo el trabajo.
La planificación del calendario de cubriciones nos permitirá tener épocas en las que no hay animales pariendo ni corderos en la nave, de forma que se pueda retirar todo el estiércol y desinfectar para hacer un buen vacío sanitario.
Los sistemas reproductivos que existen en ovino y caprino son muchos, pero para poder elegir uno, es necesario conocer el caso concreto de cada explotación. Además, debemos tener en cuenta que los pequeños rumiantes tienen anestro estacional y reducen la fertilidad en las cubriciones del primer semestre del año, por lo que en estas cubriciones deberemos usar todas las herramientas disponibles para garantizar una fertilidad óptima:
Si no tenemos en cuenta la estacionalidad, podemos tener un exceso de partos en invierno/primavera, con los problemas que esto conlleva:
Una vez elegido el sistema reproductivo, ya tenemos toda la información de cuándo tendrán lugar los partos y se podrá planificar la limpieza y desinfección de las naves (bioseguridad).
Lo ideal sería limpiar las camas y desinfectar después de cada parición, además