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Confirmado un caso de Encefalopatía Espongiforme Bovina en Escocia

Las autoridades sanitarias escocesas han confirmado la detección de un caso de Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB), comúnmente conocida como la enfermedad de las «vacas locas», durante una inspección rutinaria en una explotación bovina en Aberdeenshire.    

La EEB (encefalopatía espongiforme bovina) se encuadra dentro del grupo de enfermedades conocidas como encefalopatías espongiformes transmisibles (EET) que conducen a la degeneración progresiva e irreversible del sistema nervioso central de los bovinos.

El agente causante de la enfermedad es un prion que puede transmitirse a los seres humanas a través de carne infectada, provocando la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, con graves consecuencias para la salud.

La enfermedad de las «vacas locas» provocó en los años 90 y principios del 2000 una grave crisis en el sector alimentario de toda Europa, haciendo necesario el establecimiento de una estricta normativa específica recogida en el Reglamento (CE) Nº 999/2001 del Parlamento Europeo y de 22 Consejo de mayo de 2001 por el que se establecen disposiciones para la prevención, el control y la erradicación de determinadas encefalopatías espongiformes transmisibles.

Gracias a la aplicación de esta normativa en la producción y comercialización de animales vivos y de los productos de origen animal, se ha logrado erradicar casi por completo esta enfermedad.

EEB en Aberdeenshire

Tras la detección del caso en Aberdeenshire, se han activado medidas restrictivas con el fin de determinar el origen de la infección. A este respecto, Fergus Ewing, secretario de Economía Rural ha comunicado que «tras la confirmación del caso de EEB (encefalopatía espongiforme bovina) en Aberdeenshire, hemos activado el protocolo de respuesta del Gobierno con el fin de proteger nuestra  valiosa industria ganadera, incluyendo la restricción provisional de los movimientos en la granja afectada«. Esta restricción del movimiento de los animales de la granja es un procedimiento estándar en estos casos.

Las autoridades sanitarias escocesas han asegurado que actualmente se está investigando el origen del caso y que no existe riesgo para los consumidores, ya que se trata de un caso aislado que no ha entrado en la cadena de alimentación humana.

Sheila Voas, Jefa del Servicio Oficial de Veterinarios de Escocia ha señalado que «si bien es demasiado pronto para saber la procedencia de la enfermedad en este caso, su detección es la prueba de que nuestro sistema de vigilancia funciona. Estamos trabajando en estrecha colaboración con la Agencia de Salud Animal y Vegetal para responder a esta cuestión, mientras tanto, pedimos que cualquier granjero que tenga sospechas solicite asesoramiento veterinario de inmediato«.

Este tipo de casos nos recuerdan que nunca hemos de bajar la guardia, y que el cumplimiento de la normativa referente a la EEB debe llevarse a cabo en todo momento para poder preservar la salud animal y humana, siendo esencial continuar con los protocolos de vigilancia y control.

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