La familia de Isidro Fernández, empleado de una planta de Tyson Foods, ha demandado a los jefes de la planta por apostar sobre cuántos empleados enfermarían de COVID19.
Isidro Fernández se contagió de coronavirus y falleció el 26 de abril.
En la demanda se alegan «tergiversaciones fraudulentas, negligencia grave y desprecio por la seguridad de los trabajadores».
La demanda indica que, sobre la fecha de la muerte de Isidro, Tom Hart, el gerente de la planta de Waterloo, impulsó y organizó una apuesta en la que participaban diferentes directivos: se trataba de acertar el número de operarios que padecerían COVID19.
El ganador se llevaría el dinero en efectivo que se recopilase entre todos los apostantes.
El presidente y director ejecutivo de Tyson Foods, Dean Banks, ha comunicado que están «sumamente molestos por las acusaciones que involucran a algunos de los líderes de nuestra planta de Waterloo. Tyson Foods es una empresa familiar con 139.000 miembros del equipo y estas acusaciones no representan quiénes somos, ni nuestros valores fundamentales y comportamientos de equipo. Esperamos que cada miembro del equipo de Tyson Foods opere con la máxima integridad y cuidado en todo lo que hacemos”.
Añade que “hemos suspendido, sin paga, a las personas presuntamente involucradas y hemos contratado al bufete de abogados Covington & Burling LLP para que lleve a cabo una investigación independiente dirigida por el ex Fiscal General Eric Holder”.
De confirmarse las afirmaciones, «tomaremos todas las medidas necesarias para erradicar y eliminar este comportamiento perturbador de nuestra empresa. Nuestra principal prioridad es y sigue siendo la salud y la seguridad de los miembros de nuestro equipo. Hemos invertido cientos de millones de dólares para transformar nuestras instalaciones en EE. UU., incluida la planta de Waterloo, con medidas de protección, desde escáneres de temperatura de paso y divisores de estaciones de trabajo hasta monitores de distancia social y pruebas siempre activas».
Fuente: carnica.cdecomunicacion.es