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La diarrea neonatal – Un caso frecuente de ceguera de la granja

Escrito por: Carlos Carbonell - Equipo técnico MSD Animal Health, Carolina Tejero - Equipo técnico MSD Animal Health, Laura Elvira - Equipo técnico MSD Animal Health

Dentro de las enfermedades que principalmente afectan al ternero durante los primeros meses de vida, la diarrea neonatal tiene un papel fundamental, siendo el motivo de más de la mitad de los tratamientos y la principal causa de muerte durante la fase predestete (Urie y col., 2018).

La mortalidad es un indicador primario de bienestar, además de ser un punto importante de pérdida económica en la granja, debido tanto a la pérdida del valor del animal, como a la potencial pérdida de su valor genético.

Pero no solo son las bajas el problema asociado a esta enfermedad, sino que el mero hecho de enfermar retrasará el crecimiento, incrementará el riesgo de enfermar posteriormente de neumonía, y afectará al resultado final de la novilla tras el parto y, por tanto, a la rentabilidad.

Esta enfermedad tiene, por consiguiente, una repercusión económica importante en la granja, al tiempo que penaliza el bienestar e incrementa el uso de antibióticos.

  LA CEGUERA DE LA GRANJA 

A pesar de estar demostrada la reducción de la enfermedad mediante protocolos de manejo y vacunación, todavía muchas explotaciones lecheras con problemas de diarrea en las terneras carecen de un programa preventivo, ya que consideran que no tienen problemas importantes con la enfermedad. ¿A qué se debe esto?

Recientemente John Mee, un veterinario irlandés, ha publicado un artículo en el Boletín de ANEMBE sobre lo que denomina “la ceguera de la granja”, en la que explica cómo este síndrome nos lleva a ver como normales cosas que ocurren a diario en la granja, a pesar de que en realidad no lo son y no tendrían por qué ocurrir.

Este problema afecta no solo a los ganaderos sino también a otros técnicos que trabajan en las granjas, como los propios veterinarios.

Hay distintas causas que podemos englobar en dos grupos:

FALTA DE RECONOCIMIENTO DEL PROBLEMA: se asocia a la escasez de datos objetivos por falta de registros o a la ausencia de criterio homogéneo en el diagnóstico.

PROBLEMA RECONOCIDO QUE INFRAVALORAMOS: debido a que nos acostumbramos, bien porque el empeoramiento se produce de forma gradual o simplemente porque no tenemos con quién compararnos, lo que nos lleva a normalizar nuestros resultados.

La diarrea neonatal es un claro ejemplo donde nos encontramos con frecuencia ante este síndrome de ceguera en granja. Y es que en muchas explotaciones se subestima la presencia de esta enfermedad y pensamos que apenas tenemos problemas.

Pero en realidad estamos tratando a un alto porcentaje de terneros, muchos de los cuales tienen el culo manchado por heces o pelado tras haber padecido la enfermedad, o incluso sufrimos un alto porcentaje de bajas (>3% entre 24h-60 días de vida).

Como consecuencia, aceptamos como normal tener un alto porcentaje de enfermedad y/o bajas y minusvaloramos la importancia de instaurar un plan vacunal para prevenir la enfermedad.

TAMAÑO Y CENSO

Por otro lado, a mayor tamaño de rebaño, mayor número de partos y terneros presentes, lo que incrementa la presión de infección y el riesgo de enfermar. Esto se complica aún más cuando se trata de granjas que han crecido en número, sin incrementar proporcionalmente las instalaciones, lo que suele afectar muy especialmente a las áreas de vacas secas, preparto y recría.

Gran número de explotaciones que han visto incrementado su censo, han aumentado también, sin saberlo, el riesgo de difusión de enfermedades, como la diarrea neonatal.

Lo que pone de manifiesto la importancia creciente de trabajar en prevención mediante la instauración de:

 ¿CUÁLES SON LOS PASOS A SEGUIR PARA PREVENIR LA DIARREA NEONATAL? 

El manejo de la recría no es un proceso complicado, más bien todo lo contrario.

De hecho, una de las claves del éxito reside


 

 

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