Este mes de mayo se cumplen diez años desde que la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) declaró oficialmente erradicado el virus de la peste bovina (25 de mayo de 2011).
Durante siglos, el virus de la peste bovina causó enormes problemas entre el ganado doméstico y búfalos en Europa, África y Asia, destruyendo los medios de vida de quienes dependían de estos animales.
El virus dañaba el tracto respiratorio y digestivo de los animales infectados, lo que provocaba diarrea, deshidratación y, en última instancia, la muerte: la mortalidad era del 80-90%.
La investigación y la vigilancia del Insituto Pirbright fueron fundamentales para la erradicación de la peste bovina. A lo largo de varias décadas, se realizaron miles de pruebas de diagnóstico para asesorar y supervisar el programa de erradicación, además de desarrollar nuevas pruebas de diagnóstico y formar a la población local y a los científicos de África y Asia en su uso.
En 1994, Pirbright se convirtió en el Laboratorio Mundial de Referencia para la Peste Bovina (WRLR), en nombre de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la OIE.
Sin embargo, incluso con los procedimientos de diagnóstico más eficaces, es poco probable que la peste bovina haya sido derrotada sin una vacuna eficaz.
La vacuna contra la peste bovina, de gran éxito, fue desarrollada por el difunto Walter Plowright, que anteriormente fue jefe del Departamento de Microbiología de Pirbright. Su logro desempeñó un papel fundamental en la erradicación mundial de esta enfermedad, por lo que fue galardonado con el Premio Mundial de la Alimentación en 1999.
La erradicación de la peste bovina fue un logro colosal, que sólo se ha conseguido con otra enfermedad vírica: la viruela.
El profesor John Anderson, MBE, antiguo jefe del Laboratorio Mundial de Referencia para la Peste Bovina, dijo: «Durante demasiado tiempo sólo pensamos en controlar la peste bovina, sin soñar con erradicarla. Pero al final eso es lo que conseguimos».
Una vez que la peste bovina ya no circula en la naturaleza, el siguiente reto es consolidar y reducir las muestras de virus restantes de los laboratorios, que potencialmente suponen un riesgo de reintroducción. Varios laboratorios de todo el mundo siguen teniendo existencias de materiales que contienen el virus de la peste bovina, y ahora se les anima a que envíen sus existencias restantes a las instalaciones de conservación de la peste bovina de la FAO y la OIE.
Pirbright se encuentra entre los siete laboratorios que han sido inspeccionados y aprobados como suficientemente seguros para albergar el virus.
Los científicos de Pirbright completaron un hito importante en el programa de la OIE y la FAO para garantizar que el mundo permanezca libre de la enfermedad erradicada al destruir las últimas existencias de archivo del virus de la peste bovina que se encuentran en el WRLR en junio de 2019, más de 3.000 muestras.
Antes de su destrucción, se secuenciaron y registraron los genomas completos de los aislados de la peste bovina para conservar su información biológica, a la vez que se eliminaba el riesgo que suponía conservar el virus vivo.
El triunfo de la erradicación de la peste bovina allana el camino a otros virus del ganado. Ahora se está planificando la erradicación de la peste de los pequeños rumiantes (PPR), una enfermedad afín que afecta a las ovejas y las cabras y que provoca pérdidas de hasta 2.100 millones de dólares al año en todo el mundo.
Los científicos de Pirbright se suman al esfuerzo de erradicación mediante el desarrollo de vacunas contra la PPR y la aportación de capacidades de diagnóstico como el Laboratorio de Referencia de la OIE para el PPRV.
Las lecciones aprendidas de la exitosa erradicación de la peste bovina podrían ayudar a eliminar la PPR de la circulación natural para 2030.
Fuente: pirbright.ac.uk