Ectima contagioso en pequeños rumiantes: patrón lesional y claves para su diagnóstico
Escrito por: Álex Gómez - Departamento de Patología Animal, Instituto Agroalimentario de Aragón-IA2 (Universidad de Zaragoza-CITA), Universidad de Zaragoza, Zaragoza, España, Ana Rodríguez-Largo - Departamento de Patología Animal, Instituto Agroalimentario de Aragón-IA2 (Universidad de Zaragoza-CITA), Universidad de Zaragoza, Zaragoza, España, Delia Lacasta - Departamento de Patología Animal, Instituto Agroalimentario de Aragón-IA2 (Universidad de Zaragoza-CITA), Universidad de Zaragoza, Zaragoza, España, Estela Pérez - Departamento de Patología Animal, Instituto Agroalimentario de Aragón-IA2 (Universidad de Zaragoza-CITA), Universidad de Zaragoza, Zaragoza, España, Héctor Ruiz - Servicio Clínico de Rumiantes, Facultad de Veterinaria de Zaragoza, España.
Departamento de Patología Animal, Universidad de Zaragoza, España., Irati Moncayola - Instituto de Agrobiotecnología, CSIC-Gobierno de Navarra, Mutilva (Pamplona), España, Lluís Luján - Departamento de Patología Animal, Instituto Agroalimentario de Aragón-IA2 (Universidad de Zaragoza-CITA), Universidad de Zaragoza, Zaragoza, España, Pablo Quílez - Servicio Clínico de Rumiantes, Facultad de Veterinaria de Zaragoza, España.
Departamento de Patología Animal, Universidad de Zaragoza, España., Ramsés Reina - Instituto de Agrobiotecnología, CSIC-Gobierno de Navarra, Sergio Villanueva-Saz - Departamento de Patología Animal, Instituto Agroalimentario de Aragón-IA2 (Universidad de Zaragoza-CITA), Universidad de Zaragoza, Zaragoza, España
El ectima contagioso (EC) es una enfermedad viral zoonótica altamente contagiosa que induce lesiones proliferativas y eruptivas en la piel, mucosa oral y gastrointestinal de los pequeños rumiantes.
Afecta principalmente a animales jóvenes, aunque, en ocasiones, los animales adultos también pueden presentar la enfermedad.
El agente causal de esta enfermedad es el virus Orf (ORFV), perteneciente al género Parapoxvirus.
El ORFV tiene una alta prevalencia a nivel mundial, causando importantes pérdidas económicas (Windsor et al., 2017).
El ORFV es principalmente transmitido por contacto directo. Dado que infecta y se replica en las células epiteliales en proliferación del estrato basal de la epidermis y mucosa oral y gastrointestinal, la presencia de heridas previas facilita la infección del virus (Fleming et al., 2015).
Sin embargo, recientemente, se ha detectado la presencia de ORFV en sangre de animales afectados y sanos(Cheng et al., 2018; Pintus et al., 2024), lo que plantea posibles nuevas formas de transmisión de este virus.
Así mismo, la difícil erradicación del virus de las granjas afectadas, pese a aplicar una profunda limpieza y desinfección de las instalaciones, podría indicar la presencia de animales portadores asintomáticos. Por lo tanto, aún no se conoce con exactitud la patogenia y epidemiología de este virus.
La severidad de un brote de EC puede depender de muchos factores.
La primoinfección con el ORFV suele inducir lesiones más severas que los animales que se reinfectan en explotaciones donde el ORFV es endémico.
La patogenicidad del virus varía entre las múltiples cepas (Li et al., 2023).
La presencia de factores estresantes o inmunosupresores, ya sean infecciosos o de manejo, pueden favorecer una mayor severidad del brote de EC.
Esta enfermedad es
autolimitante y, si no se produce contaminación con agentes bacterianos o fúngicos secundarios, las lesiones suelen resolverse en 3-6 semanas (Nandi et al., 2011). Sin embargo, en los casos donde se observan infecciones secundarias, hay una alta mortalidad. El ORFV es capaz de evadir el sistema inmune por diferentes mecanismos y normalmente suele haber reinfecciones, pero las lesiones son más leves y se resuelven en un periodo de tiempo más corto (Bukar et al., 2021). Actualmente, no existen tratamientos registrados a nivel mundial (Gómez et al., 2024). Tradicionalmente, se han utilizado múltiples antisépticos como yodo, hipoclorito de sodio, etc., aunque no han sido capaces de controlar o mejorar la enfermedad. También se han usado diferentes antibióticos para controlar las infecciones bacterianas secundarias. Sin embargo, el uso de antibióticos no es efectivo para la infección vírica y además puede generar un aumento de resistencia a los antibióticos, por lo tanto, debería evitarse. Recientemente, se ha observado que la aplicación de un antiséptico-analgésico tópico mejora la sintomatología en granjas con brotes activos de EC (Gómez et al., 2024). Pese a que haya fármacos que mejoran la sintomatología del EC, la prevención y control de esta enfermedad tienen que estar basado en la...
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