Los ganaderos se quejan de la dificultad de cobrar las indemnizaciones y los agentes rurales recuerdan que los dueños son responsables de controlar a sus perros
El análisis de ADN ha permitido identificar por primera vez a un perro doméstico como el causante de la muerte de un centenar de ovejas de un corral de Tagamanent, en el Vallès Oriental.
«Un perro puede saltar el cercado siguiendo su instinto, morder a una oveja y ellas asustadas huyen en estampida. Se aplastan unas a otras y mueren ahogadas.»
Rara vez se puede probar científicamente, lo que deja muy desprotegidos a los ganaderos. Y aunque la propietaria del perro tenía seguro, tal y como obliga la ley, recibirá una sanción. Ahora empieza una batalla entre aseguradoras que puede acabar en juicio.
«Deberíamos estar satisfechos de haber identificado con ADN al perro causante del ataque al Montseny. Pero no. Porque quisiéramos que estos casos no se produjeran porque puede significar la ruina de un ganadero», dice Lampreave.
Dificultad por cobrar las indemnizaciones
«Las pruebas eran evidentes, resulta que los perros eran de la perrera municipal de Solsona. La denuncia era contra la entidad que la gestionaba, que se declaró insolvente. Resultado: no cobro indemnización y encima tengo que pagar costas judiciales y el mío abogado: 20.000 euros. No sirvió de nada.»
Joan Colillas perdió a más de 250 ovejas el año pasado por el ataque de un perro doméstico (CCMA)
«En todos los casos hablamos de perros que tienen propietario, no son salvajes. Y lo que dice la normativa es que deben tener seguro y que no se les puede dejar desatados de noche, como hace mucha gente pensando que así les protegerán de posibles ladrones.»
Por tanto, son los dueños de los perros, los que deben tener el control. Cada año se notifican cinco ataques de perros que no son salvajes y tienen propietario.