El estudio impulsado por PROVACUNO, permitirá al sector conocer y estandarizar el valor fertilizante del estiércol vacuno para una agricultura sostenible
- El sector vacuno de carne, liderado por PROVACUNO, está inmerso en varios proyectos orientados al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
- Estiércol vacuno para una agricultura sostenible. Una muestra de este compromiso es este estudio impulsado por PROVACUNO, que permitirá al sector conocer y estandarizar el valor fertilizante de las deyecciones ganaderas.
El pasado 6 de junio, en las instalaciones de la Cooperativa de Ivars ;Urgell, se presentó el proyecto de agrocompostaje. La presentación estuvo a cargo de Javier López, director de PROVACUNO, junto con investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV) y de la Universidad Miguel Hernández (UMH). Estos investigadores han llevado a cabo pruebas de campo en cinco granjas de diferentes comunidades autónomas, dos de ellas en Cataluña.
El estiércol bovino posee un gran potencial fertilizante, por lo que optimizar su manejo y conocer su composición son aspectos clave para su valorización. Además, la gestión del estiércol debe estar ligada a la aplicación de un compendio de mejores técnicas disponibles (MTD), algunas de las cuales están actualmente en estudio, con el objetivo de contribuir a la mitigación del cambio climático. En esta investigación se han monitorizado pilas de compost utilizando diversos estructurantes y aditivos, obteniendo resultados prometedores.
La finalidad es diseñar protocolos mejorados y viables para la gestión del estiércol, considerando que su composición puede variar significativamente según múltiples factores. En la segunda parte de la jornada, se visitaron las instalaciones de Agromont, donde se realiza el proceso de compostaje en granja.
Los primeros resultados han demostrado que la generación de compost contribuye al reciclaje de nutrientes en el marco de una economía circular.
Tal como señaló Raúl Moral, investigador de la UMH, «la ganadería es clave para lograr en nuestro país la soberanía fertilizante», y así reducir la dependencia de fertilizantes sintéticos.
Entender y monitorizar el proceso de gestión de las deyecciones y su compost permite obtener biofertilizantes ricos en nutrientes, minimizando al mismo tiempo las emisiones de amoníaco y gases de efecto invernadero (GEI). En otras palabras, cuantas menos pérdidas experimenta el producto a lo largo del proceso, mayor es su valor nutricional y, por ende, su valor en el mercado. Obtener un producto con un buen valor fertilizante contribuye a la reducción de la huella de carbono y puede generar nuevos ingresos que mejoren la competitividad de la actividad ganadera.
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