Un estudio reciente revela que las altas temperaturas impactan negativamente en los rasgos productivos y la capacidad de coagulación de la leche en ovejas lecheras
El estrés por calor es una preocupación creciente en la ganadería, especialmente en regiones de clima templado donde las temperaturas elevadas pueden afectar significativamente la salud y productividad de los animales. Un estudio reciente publicado en el Journal of Dairy Science ha investigado los efectos del estrés térmico en ovejas lecheras, enfocándose en cómo las altas temperaturas influyen en la producción de leche y en sus propiedades de coagulación, fundamentales para la elaboración de productos lácteos como el queso.
Impacto del estrés por calor en la producción de leche
El estudio encontró que las ovejas expuestas a condiciones de calor extremo experimentaron una disminución en la producción de leche. Este descenso se atribuye a que las altas temperaturas afectan el metabolismo y el equilibrio hormonal de los animales, reduciendo su apetito y, por ende, la ingesta de nutrientes esenciales para la producción láctea. Además, el estrés térmico puede provocar deshidratación, lo que agrava aún más la reducción en la producción de leche.
La temperatura ambiente elevada genera un aumento en la frecuencia respiratoria y el ritmo cardiaco de las ovejas, lo que lleva a una mayor pérdida de energía y una disminución en la eficiencia alimentaria. Esto se traduce en una menor cantidad de leche obtenida por ordeño, lo que afecta la rentabilidad de las explotaciones lecheras.
Alteraciones en la calidad y coagulación de la leche
Más allá de la cantidad, la calidad de la leche también se ve comprometida bajo condiciones de estrés por calor. El estudio destacó cambios en la composición de la leche, incluyendo una reducción en los niveles de proteínas y grasas, componentes clave para la coagulación de la leche durante la fabricación de queso. Una coagulación deficiente puede resultar en una menor eficiencia en la producción de queso y afectar la textura y calidad del producto final.
La caseína, una de las proteínas principales en la leche, desempeña un papel fundamental en el proceso de cuajado. La disminución en la concentración de caseína debido al calor reduce la capacidad de la leche para formar una cuajada sólida, impactando directamente en la calidad del queso. Asimismo, la acidez de la leche puede verse alterada, lo que repercute en la textura final del producto.
Estrategias para mitigar los efectos del estrés por calor
Para contrarrestar los efectos negativos del calor en las ovejas lecheras, es esencial implementar prácticas de manejo adecuadas. Algunas estrategias recomendadas incluyen:
- Sombra y ventilación: Proporcionar áreas sombreadas y sistemas de ventilación en los establos para mantener una temperatura ambiente más fresca.
- Hidratación constante: Asegurar un acceso continuo a agua fresca y limpia para prevenir la deshidratación.
- Ajustes en la alimentación: Ofrecer dietas ricas en nutrientes y de fácil digestión para compensar la reducción en la ingesta alimentaria.
- Manejo del horario: Programar las actividades de ordeño y alimentación durante las horas más frescas del día para minimizar el estrés térmico.
Estas medidas pueden ayudar a reducir la carga térmica sobre los animales y minimizar los efectos negativos sobre la producción y calidad de la leche.
Implicaciones para la industria láctea
Los hallazgos de este estudio tienen importantes repercusiones para la industria láctea, especialmente en lo que respecta a la producción de queso. La disminución en la cantidad y calidad de la leche debido al estrés por calor puede afectar la rentabilidad y sostenibilidad de las explotaciones lecheras. Por lo tanto, es crucial que los productores adopten medidas proactivas para mitigar los efectos del calor y garantizar una producción láctea óptima tanto en cantidad como en calidad.
Los productores de queso dependen de leche con propiedades adecuadas de coagulación para obtener un rendimiento eficiente en la fabricación de sus productos. Una leche con bajos niveles de proteínas y grasas puede derivar en un menor volumen de queso producido a partir de la misma cantidad de leche, lo que incrementa los costos de producción. Esto pone en evidencia la necesidad de estrategias de manejo enfocadas en la resiliencia de las ovejas ante el calor.
El papel del cambio climático en el estrés térmico
El impacto del estrés por calor en la producción lechera se agrava ante el escenario del cambio climático. Se espera que las temperaturas globales continúen en aumento, lo que podría intensificar los efectos negativos en la ganadería lechera. Es por ello que la adaptabilidad de los sistemas productivos se vuelve crucial para el futuro de la industria.
Investigaciones sobre mejoramiento genético buscan desarrollar ovejas con mayor tolerancia al calor. Asimismo, las innovaciones tecnológicas en sistemas de monitoreo permiten detectar signos tempranos de estrés térmico, facilitando la intervención oportuna para proteger la producción láctea.
El estrés por calor representa un desafío significativo para la producción láctea en ovejas, impactando negativamente tanto en la cantidad como en la calidad de la leche. Implementar estrategias de manejo adecuadas es esencial para mitigar estos efectos y asegurar la sostenibilidad de la producción láctea, especialmente en un contexto de cambio climático donde se anticipan temperaturas más elevadas.
Los productores deben considerar la adopción de medidas que reduzcan la exposición de los animales a temperaturas extremas y optimicen su alimentación e hidratación para minimizar el impacto del calor. Asimismo, el desarrollo de soluciones tecnológicas y genéticas puede desempeñar un papel clave en la resiliencia de los rebaños lecheros ante condiciones climáticas adversas. Garantizar la calidad de la leche es fundamental para mantener la competitividad del sector lácteo, en especial para la producción de quesos y otros derivados lácteos que dependen de características específicas en la materia prima. La adaptabilidad y la innovación en el manejo del ganado serán claves para enfrentar los desafíos del futuro y mantener la rentabilidad de las explotaciones lecheras. |
Referencias: