En las últimas décadas se ha publicado mucha información sobre el efecto negativo del estrés por calor estival en las características productivas y reproductivas de las vacas de alto rendimiento.
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IMPACTO DEL ESTRÉS POR CALOR EN EL RENDIMIENTO Y EFICIENCIA ALIMENTICIA DE LAS VACAS LECHERAS
Una publicación de la NRC a principios de los años ochenta mostró que, en comparación con las vacas en condiciones normales, los requisitos de energía para el mantenimiento de las vacas en ordeño:
Los requerimientos de energía de las vacas de alto rendimiento que ingieren dietas de mantenimiento expuestas a condiciones de estrés por calor aumentarán en un 5-10% en comparación con vacas mantenidas en condiciones térmicas normales.
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Estudios llevados a cabo en las instalaciones de una granja experimental estadounidense (USDA) revelaron que la relación alimento-leche era un 10% más alta en las vacas que parían en verano, en comparación con las que parían en invierno.
Por su parte, investigadores de la Universidad de Arizona publicaron un estudio realizado en sus nuevas cámaras climáticas ubicadas en Tucson donde las vacas de alto rendimiento mantenidas en condiciones climáticas normales y con una ingesta de alimento igualada a la de vacas expuestas a calor mostraron una disminución en la producción que fue solo la mitad de la registrada en las vacas sometidas a estrés por calor (⇓30% en vacas sometidas a estrés por calor frente a ⇓15% en vacas con restricción alimenticia y mantenida en condiciones climáticas normales).
La caída en el consumo de alimento de las vacas sometidas a estrés por calor solo explica la mitad de la disminución en la producción de leche, lo que implica que