Indicadores de resistencia del rendimiento lechero y características de los sensores para un paisaje de producción lechera más diverso y sostenible
- Científicos de la Wageningen University & Research, Animal Breeding and Genomics (WUR-ABG) han demostrado el potencial del uso de sensores de producción de leche e indicadores de resistencia, como herramienta para cuantificar cómo las vacas se enfrentan a condiciones de producción más dinámicas.
Esta información puede utilizarse, por ejemplo, para diseñar y optimizar sistemas de producción lechera de bajos insumos, mejorando así el funcionamiento y el bienestar de los animales.
Cuestiones de sostenibilidad global como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la seguridad alimentaria exigen que los sistemas alimentarios sean más eficientes en el uso de los recursos y estén mejor integrados en el entorno local. Para alcanzar estos objetivos, es necesaria una transición agrícola hacia una ganadería lechera más diversificada, circular y de bajos insumos, con los animales mejor adaptados a la situación específica de producción. Este tipo de ganadería puede ser una forma eficiente de producir alimentos de alta calidad para el consumo humano.
Vacas lecheras resistentes
El objetivo de los ganaderos es mantener la salud, la fertilidad, la longevidad y la producción de las vacas lecheras lo mejor posible. Una estrategia consiste en evitar la exposición a las perturbaciones controlando el entorno de producción. Las razas seleccionadas en tal régimen tienden a depender más de las condiciones favorables. Otra estrategia consiste en minimizar el impacto de las perturbaciones sobre la salud y el bienestar seleccionando vacas que se vean menos afectadas por estos desafíos. Desarrollar y utilizar vacas resistentes es especialmente pertinente en este último caso.
Investigaciones anteriores demostraron que los rasgos para los que la resiliencia es relevante difieren según las razas bovinas. Además, aunque la resiliencia puede mejorarse mediante la selección genética o la gestión de la explotación, ambos métodos requieren una cuantificación a gran escala de estos rasgos mediante la cuantificación del impacto de las perturbaciones en las vacas. En el pasado, esto se realizaba utilizando únicamente la variabilidad y la dinámica de los registros diarios de producción de leche (por ejemplo, con características de sensores e indicadores de resiliencia) de las vacas Holstein Friesian (HOL). En el contexto de la diversificación del sector lácteo, es crucial comprender y cuantificar estos rasgos de resiliencia basados en la leche también para otras razas y animales cruzados.
Uso de características sensoriales e indicadores de resiliencia
Desgraciadamente, una comparación clásica de razas para estas características es actualmente imposible, ya que requeriría considerar explícitamente el efecto del rebaño y del entorno. Para ello, no se dispone de datos suficientes de explotaciones en las que se mantienen múltiples animales de distintas razas en el mismo entorno. Así pues, los científicos optaron por un planteamiento diferente. Mediante la comparación de 40 características de los sensores e indicadores de resiliencia (basados en registros diarios de producción de leche) entre razas y animales cruzados, así como entre rebaños con un número bajo o alto de vacas HOL, pretendían identificar las características específicas de los sensores y los indicadores de resiliencia que pueden utilizarse para diferenciar entre rebaños agrupados por vacas no HOL y rebaños compuestos casi exclusivamente por vacas HOL. Esto es necesario para conocer hasta qué punto los datos de alta frecuencia pueden ayudar a fenotipar rasgos complejos y formular recomendaciones adecuadas para un sector lácteo más sostenible y diverso.
Datos para un paisaje productivo más diverso y sostenible
«Encontramos diferencias sustanciales entre granjas al estudiar las características de los sensores y los indicadores de resiliencia», afirma Ines Adriaens, investigadora de ABG. «En contextos específicos de las explotaciones, estas características pueden utilizarse como fenotipos de precisión para las decisiones de cría y gestión, por ejemplo, para avanzar hacia vacas menos dependientes de condiciones de cría favorables. Esto permite diversificar la producción lechera en función de diferentes objetivos de cría y producción, lo que favorece el desarrollo de un paisaje productivo más diverso en el que se mejora la sostenibilidad con un impacto mínimo sobre el medio ambiente.»
Referencias:
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