La cabra montés

En septiembre de 2021, con el apoyo de Bergara, la Fundación Artemisan inició un proyecto de investigación con el objetivo de actualizar el estado de las poblaciones de la especie de caza mayor más emblemática de la Península y obtener nuevos datos para garantizar su gestión y conservación.

Los investigadores del proyecto La cabra montés en España han estado trabajando durante más de un año para actualizar el estado de esta especie en nuestro país, entre otras cosas, para analizar la historia de sus poblaciones desde el siglo XX, determinar su distribución actual, estado sanitario y variabilidad genética, evaluar los aspectos socioeconómicos relacionados con su caza, la homologación de sus trofeos, las distintas subespecies cinegéticas y el aprovechamiento económico de la cabra montés.

De unos 1.500 individuos en la temporada de caza 2004-2005 a 11.500 en la temporada de caza 2017-2018, se ha observado una tendencia creciente y prácticamente constante en el número total de cabras monteses abatidas. La actividad cinegética no está limitando el crecimiento de la especie, lo que se corresponde con un aumento en su abundancia. Además, el mapa  muestra la distribución actual de la peninsula española, la cual representa aproximadamente el 22% de las cuadrículas UTM 10×10 kilómetros en las que se divide, según los datos proporcionados por las entidades y colaboradores mencionados, así como artículos científicos extraídos.

La sarna sarcóptica ha afectado a la mayoría de las poblaciones representativas de cabras montés desde finales de los años 80, ocasionando en algunos casos la muerte de más del 90% de la población. Se han estudiado 125 muestras de piel, recolectadas con la colaboración de entidades y voluntarios, así como información sobre la presencia de la enfermedad, proporcionada por las diversas comunidades autónomas, con el fin de actualizar su distribución. En el mapa se destacan en rojo las áreas UTM de 10 x 10 kilómetros donde la cabra montés sufre de sarna, que representan aproximadamente el 29% del total.

Otra de las grandes amenazas para la cabra montés y otras especies es el furtivismo. Afecta económicamente a los propietarios de terrenos cinegéticos (públicos o privados) y a la propia población al ser una extracción no controlada de individuos sobre machos con los mejores trofeos, alterando su estructura. Es necesario modificar el Código Penal para considerarlo siempre como delito, independientemente de si se produce en un período hábil o de veda, y endurecer las penas para evitar que quede impune o se castigue simplemente con una multa.

La variabilidad genética de esta especie es muy baja, según la caracterización de un fragmento de un gen (citocromo b) de poblaciones distribuidas por gran parte del territorio español (457 muestras). Además, según los estudios genéticos previos, no hay suficientes variaciones entre las subespecies C. p. hispanica y C. p. victoriae para considerarlas separadas. Sin embargo, se ha descubierto algunas variaciones genéticas distintivas de algunas poblaciones que podrían ser consideradas para su manejo, como el marcador genético de identidad observado en la población de Sierra Madrona.

El Safari Club Internacional (SCI) estableció en 1986 una clasificación aceptada tanto en España como en el extranjero, que clasifica al macho montés en cuatro tipos o subespecies cinegéticas: Gredos, Beceite, Ronda y Sureste (el Grand Slam). Considerando que las subespecies cinegéticas no están relacionadas con las subespecies científicas porque no tienen los mismos objetivos. Se ha examinado la longitud, el perímetro de la base y la envergadura de 2.110 trofeos homologados por la Junta Nacional de Homologación de Trofeos de Caza (JNHTC) o por las comisiones autonómicas entre 1950 y 2021 para determinar si el tamaño de los trofeos respalda esta clasificación.

Los hallazgos del análisis muestran claras diferencias entre los trofeos de Beceite (mayor envergadura), Gredos (mayor grosor y longitud) y Sureste (menor grosor y longitud). Además, la falta de trofeos homologados de Ronda indica que los machos de esta subespecie no logran obtener medallas debido a su menor tamaño, por lo que tendría sentido reconocerlos como otra subespecie cinegética. Esto se suma a la posibilidad de incluir una quinta subespecie (Sierra Madrona), ya que cumple con los criterios establecidos por Boone and Crockett Club.

El libro «La cabra montés en España: aspectos clave sobre salud, genética, caza y gestión», publicado por la Fundación Artemisan, ofrece un mayor detalle de estos y otros muchos resultados.

La obra, escrita por los científicos con la valiosa colaboración de varios especialistas y con el respaldo de Bergara, recopila más de cien años de investigación y gestión de esta especie. Se puede obtener escribiendo a latrebere@telefonica.net.