Tradicionalmente, los rumiantes se han considerado menos vulnerables a los efectos adversos de las micotoxinas en comparación con los animales monogástricos. Esta afirmación se relaciona con la capacidad de la microbiota residente en el rumen de degradar e inactivar las micotoxinas, protegiendo así al animal (Fink Gremmels, 2008a).
Las vacas lecheras pueden estar expuestas a un número variable de micotoxinas procedentes de diferentes materias primas, como forrajes y concentrados (Smith, 2014).
(Changwa et al., 2018; Njobeh et al., 2012)
La contaminación de los piensos para ganado lechero con micotoxinas ha sido señalada con frecuencia, lo que supone una grave limitación para la salud y la productividad de los animales.
MECANISMOS IMPLICADOS EN LA PATOGÉNESIS DE LAS MICOTOXICOSIS
Las micotoxinas afectan a los animales a través de diferentes mecanismos y varios factores influyen en el impacto que pueden tener, entre ellos:
(Pier et al., 1980)
Algunas micotoxinas afectan a órganos específicos como el hígado o los riñones (Elgioushy et al., 2020).