La sarna de las ovejas es una amenaza importante para el sector ovino, ya que repercute en las tasas de crecimiento y tiene graves consecuencias para el bienestar.
Su prevalencia ha aumentado en los últimos 20 años tras su desclasificación como enfermedad de declaración obligatoria en Inglaterra y Gales en la década de 1990 (aunque en Escocia es de declaración obligatoria desde 2010).
Síntomas
La mayoría de los ganaderos de ovino habrán experimentado la sarna del ganado ovino en su rebaño, especialmente en zonas de alta densidad de ovejas.
Está causada por el ácaro Psoroptes ovis.
Las ovejas experimentan un intenso picor que provoca la pérdida de lana y la formación de costras en la piel, lo que conduce a una reducción del apetito, una disminución de la condición corporal y una inmunosupresión, junto con una reducción de las tasas de crecimiento de los corderos.
Los ácaros prosperan en los animales totalmente deslanados, y el picor suele observarse en los alojamientos en otoño e invierno.
Los ácaros adultos viven en la superficie de la piel, donde sus heces provocan intensas reacciones alérgicas. Esto suele ocurrir entre 40 y 50 días después de la infección, a medida que la población de ácaros se va acumulando.
Antes de considerar los tratamientos, es importante obtener un diagnóstico, ya que otros parásitos pueden causar problemas similares, pero necesitan una acción diferente.
Propagación
La sarna de las ovejas se propaga por contacto con ácaros vivos, por lo que entender su capacidad de vivir tanto dentro como fuera del huésped permite seleccionar las opciones de control y tratamiento adecuadas.
Los ácaros pueden vivir fuera de las ovejas hasta 17 días en la madera y la lana, a menudo en el alambre de púas y los postes de la valla utilizados como zonas de rascado.
Estos proporcionan una vía de transmisión común entre rebaños, junto con el contacto estrecho entre ovejas.
Diagnóstico
Hay varias formas de diagnosticar la sarna de las ovejas. La más común es el raspado de la piel, con la detección de los ácaros al microscopio o mediante la digestión con hidróxido de potasio (KOH).
Un resultado positivo a cualquiera de estas pruebas confirma una infestación actual y todas las ovejas en contacto deben ser tratadas.
Normalmente no se ven signos hasta 40-50 días después de la infección, que es cuando el raspado es útil. No se puede hacer antes de que haya lesiones, ya que no se sabe dónde buscar los ácaros. Se puede hacer un diagnóstico más rápido con una prueba de sangre de inmunoabsorción ligada a enzimas, o ELISA.
Sin embargo, los anticuerpos pueden detectarse en la sangre durante varios meses, incluso después de un tratamiento eficaz.
Por lo tanto, hay que tener precaución en el análisis de los resultados después del tratamiento, ya que un resultado positivo durante este periodo no es necesariamente indicativo de una infección actual.
Tratamiento
Los dos pilares del tratamiento de las costras son la inmersión con el organofosforado diazinón y las inyecciones de lactona macrocíclica (ML).
Es importante recordar que, cuando se trata de tratamientos con organofosforados, la inmersión es el único método que debe utilizarse, y sólo debe ser realizado por personas certificadas.
La inmersión mata a los ácaros en 24 horas y proporciona varias semanas de acción residual, por lo que las ovejas pueden volver al mismo pasto infectado. También controla los piojos, el moscardón y las garrapatas, y elimina las heces de los ácaros de la piel de las ovejas, eliminando la causa de la reacción alérgica.
El tratamiento con inyecciones de ML puede realizarse con varios productos diferentes. Estos varían en el número de inyecciones necesarias y en el grado de persistencia que proporcionan.
Sólo deben utilizarse los inyectables, ya que otros preparados con los mismos ingredientes activos son ineficaces para los ácaros de la costra.
Los ML con acción persistente (por ejemplo, la moxidectina al 2%) permiten que las ovejas vuelvan al mismo prado infectado.
Sin embargo, si el medicamento elegido no es persistente, debe proporcionarse un nuevo pasto o alojamiento para evitar la reinfección.
Como los ML también son antihelmínticos, es importante recordar su impacto en la carga de gusanos de las ovejas cuando se utilizan para tratar los ácaros. Una mayor exposición de la población de gusanos a los ML aumenta el desarrollo de resistencias, especialmente si se utilizan con frecuencia o de forma incorrecta.
Al igual que con los antihelmínticos, es importante tratar a las ovejas correctamente, dosificar al animal más pesado, seleccionar los productos correctos y garantizar una administración correcta, tal como se estipula en la ficha técnica.
Los errores más comunes son:
- Diagnóstico incorrecto, o no obtener un diagnóstico
- Asumir que los ML no han funcionado si los signos clínicos continúan unas semanas después del tratamiento
- Los ML matan al ácaro adulto pero no eliminan las heces que causan los signos de alergia (si se utilizan dips de organofosforados, se limpia el vellón y se eliminan las heces del ácaro)
- Tratamiento inadecuado y no seguir el curso completo del tratamiento
- Volver a llevar a las ovejas tratadas a una zona infectada después de utilizar productos no persistentes