El calostro es el primer tipo de leche materna producida por las ovejas tras el parto. Este alimento de valor incalculable es esencial para la salud del cordero recién nacido, aportándole energía y nutrientes, y protegiéndole de los agentes infecciosos presentes en el entorno.
El calostro es rico en anticuerpos de origen maternal, producidos específicamente frente a los agentes infecciosos presentes en el entorno de la madre (o gracias a la vacunación).
Estos anticuerpos son una parte fundamental del sistema inmunitario adquirido. Al se ingeridos por el animal recién nacido, son capaces de atravesar la barrera intestinal (durante una ventana de tiempo muy corta), proporcionándole una protección indispensable frente a los patógenos durante las primeras etapas de vida.
Un buen encalostramiento se traduce en una reducción de la necesidad de usar antibióticos
El animal recién nacido tiene pocas reservas corporales de grasa, lo que implica que depende enormemente de las grasas y carbohidratos presentes en el calostro para mantener su temperatura corporal, de modo que una deficiencia energética tras el nacimiento puede conducir a un estado de hipotermia.
El calostro también proporciona numerosos nutrientes, entre ellos:
- Vitaminas A, D y E, esenciales para favorecer la capacidad de digestión y de absorción del tracto digestivo.
- Enzimas y proteínas que limitan el crecimiento de determinadas bacterias, influyendo también en el desarrollo del sistema inmunitario.
Los corderos deben ingerir 210-290 ml/kg PV dentro de las primeras 24 horas posteriores al nacimiento para poder garantizar unos buenos niveles de inmunidad natural.
Existen numerosos estudios que demuestran los beneficios del calostro para la salud de los corderos, lo que se traduce directamente en una reducción de la necesidad de usar antibióticos.
Protección frente a patologías
Los corderos que reciben calostro de buena calidad inmediatamente tras el nacimiento tienen menos predisposición a padecer la Enfermedad de la Boca Mojada (Watery Mouth), una enfermedad que se presenta en corderos recién nacidos (hasta de 24-48 horas de vida), caracterizada por un cuadro de hipoglucemia y babeo continuo.
La primera toma debe ser dentro de las primeras 2 horas tras el nacimiento
Minimiza la aparición de resistencias a los antibióticos
Numerosos estudios demuestran que, con un adecuado encalostramiento, no hay diferencias significativas en el rendimiento de los corderos en comparación con aquellos que reciben antibióticos de forma profiláctica.
Por otro lado, en un estudio realizado en Reino Unido sobre las resistencias antimicrobianas, se pone de relevancia que el 50% los aislados de E. coli en corderos recién nacidos son resistentes a la espectinomicina.
Este tipo de hallazgo justifica de forma contundente la necesidad de adoptar estrategias alternativas para minimizar el uso de antibióticos en la producción animal, siendo el refuerzo inmunitario a través del calostro una de las claves del éxito.
Fuente: RUMA