Un émbolo es una partícula de origen orgánico o inorgánico que circula libremente por la sangre, recibiendo el proceso el nombre de embolia.
Los émbolos pueden ser de:
- Fibrina
- Parásitos adultos o larvas
- Bacterias
- Lípidos
- Aire o gas
- Células
- Cuerpos extraños
Estos pueden localizarse en vasos arteriales o venosos, circulando libremente hasta que el diámetro del vaso ya no permite su paso, momento en el que se enclavan y obstruyen la circulación.
Esto puede provocar infartos, hemorragias o ambas cosas. En el momento en el que deja de circular puede causar lesiones endoteliales y formar un trombo.
- Embolia fibrinosa: surgen al desprenderse una parte del trombo o en reacciones de incompatibilidad de grupos sanguíneos.
- Embolia parasitaria: provocada por microfilarias y larvas de parásitos (vermes pulmonares, tripanosomas…).
- Embolia celular: tienen especial importancia los émbolos de células neoplásicas malignas. Debido a la ausencia de fibronectina, la adhesión es mínima, lo que facilita su desprendimiento (metástasis).
- Embolia grasa: gotas de lípidos que pueden llegar a la sangre debido a traumatismos.
- Embolia gaseosa: debido a una intervención quirúrgica o accidentes.
- Embolia por cuerpos extraños: de manera excepcional, pueden penetrar cuerpos extraños al sistema circulatorio.
Fuente: Patología General Veterinaria, Francisco J. Trigo Tavera, Germán Valero Elizondo