*Resumen del artículo científico publicado en la revista Frontiers in Veterinary Science (Sánchez-Sánchez R, Gutiérrez J, Blasco-Castello JL, Marcos-Santamaría M, Cano-Alsua S, Elvira L, Ferre I and Ortega-Mora LM (2023) A questionnaire- based survey in Spain provides relevant information to improve the control of ovine coccidiosis. Front. Vet. Sci. 10:1326431. doi:10.3389/fvets.2023.1326431 )
El ciclo biológico de las Eimeria spp. es directo (monoxeno) y la transmisión es fecal-oral mediante la ingestión de ooquistes esporulados.
En el intestino se desarrolla una primera fase asexual e intracelular del parásito (merogonia) y una segunda fase sexual (gametogonia) que da lugar a los ooquistes no esporulados que son eliminados con las heces.
En el ambiente los ooquistes esporulan (esporogonia), siendo infectantes entonces, durante al menos un año, para otros ovinos (Imagen 1).
Se han descrito hasta 13 especies de Eimeria que afectan al ganado ovino, no existiendo transmisión cruzada entre las diferentes especies de rumiantes domésticos (la oveja y la cabra tienen sus propias especies de Eimeria).
En la presentación clínica de la enfermedad intervienen factores dependientes de:
El parásito
Las especies más patógenas son Eimeria ovinoidalis y Eimeria crandallis que pueden causar diarrea hemorrágica. Eimeria ahsata y Eimeria bakuensis pueden ocasionar cuadros clínicos diarreicos cuando las dosis infectantes son altas, mientras que el resto de las especies son poco patógenas. |
El hospedador
Los animales más jóvenes (3-8 semanas de edad) son más susceptibles a la infección, siendo determinante su estado inmunitario y la coinfección con otros agentes. |
El ambiente
Las instalaciones y el sistema de manejo son muy relevantes en la dinámica de la infección por Eimeria spp. |
ENCUESTA SOBRE EL ABORDAJE DE LA COCCIDIOSIS OVINA
A pesar de que la coccidiosis es importante en el sector ovino de nuestro país se desconocía la percepción que tienen de esta enfermedad los veterinarios y los ganaderos.
En las encuestas se recogió información sobre diferentes aspectos de la coccidiosis ovina (Imagen 3).
Las enfermedades de mayor importancia para los veterinarios fueron:
La coccidiosis tiene relevancia por sus consecuencias clínicas, productivas y económicas, pero además se sabe que la infección por Eimeria spp. genera inmunosupresión en los animales lo que incrementa su susceptibilidad a otras enfermedades como el complejo respiratorio ovino.
Como normal general, es en el momento del destete (los corderos sufren estrés y hay reagrupamiento de animales) cuando suelen aparecer los primeros casos clínicos de la enfermedad.
Sin embargo, la dinámica de eliminación de ooquistes y la presentación clínica/subclínica de la enfermedad dependen del sistema de manejo de las explotaciones.
En las explotaciones de carne, los corderos se suelen infectar con las Eimeria spp. a los pocos días de vida, ya que están junto con sus madres (que pueden ser portadoras inaparentes de la infección) hasta el destete.
La diarrea es el signo clínico característico de la coccidiosis.
No obstante, la coccidiosis subclínica puede ocasionar mayores pérdidas de producción que la coccidiosis clínica.
Analizando los resultados de las encuestas (Figura 2) se constata que los veterinarios conocen mejor que los ganaderos el retraso en el crecimiento de los animales asociado a la coccidiosis.
Todas las explotaciones pueden verse afectadas por la coccidiosis, aunque hay una serie de factores de riesgo que favorecen su presentación.
La limpieza y desinfección es fundamental para evitar la transmisión fecal-oral de las Eimeria spp.
Otro de los factores que predisponen a la aparición de coccidiosis es la alta densidad de animales jóvenes, ya que aumenta la presión de infección y, por tanto, el riesgo de enfermedad.
En el diagnóstico es esencial complementar la observación clínica con la detección de ooquistes en muestras fecales (Imagen 1). Para la detección de ooquistes se utiliza habitualmente el análisis coprológico (técnica de McMaster).
Este abordaje permite prevenir brotes y garantizar la eficacia de las medidas preventivas o terapéuticas aplicadas. |
Muchas de las infecciones con Eimeria spp. son pluriespecíficas y, dado que hay varias especies que no causan una patología intestinal aparente, sería conveniente realizar la identificación de las especies que circulan en la explotación.
El control de la coccidiosis se debe fundamentar en:
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En relación con las medidas higiénico-sanitarias y de manejo, lo ideal es aplicar ambas conjuntamente, algo que, según las encuestas, se realiza únicamente en el 48% de los rebaños. |
En relación con el tratamiento farmacológico, hasta el 79% de los rebaños reciben tratamientos.
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El 74% de los veterinarios aplican los tratamientos en animales con signos clínicos (terapéutico) y, de ellos, 51,5% lo hacen sin un diagnóstico coprológico previo (Figura 4).
Un punto importante a tener en cuenta respecto al uso de fármacos para el control de la coccidiosis se refiere al Reglamento Europeo 2019/6.
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
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