La creciente preocupación del consumidor por el bienestar animal se ha convertido en una demanda social. Un reto mayúsculo en el camino hacia el enfoque One Health, pero también una oportunidad para el sector ganadero y para los animales de compañía, donde un mejor bienestar repercute también en la salud y seguridad de quienes les rodean.
Pol Llonch, investigador en bienestar animal en el Departamento de Ciencia Animal y de los Alimentos de la Universidad Autónoma de Barcelona, no duda en afirmar que
“El bienestar animal juega un papel importante en la perspectiva One Health, por el hecho de que, si los animales gozan de un bienestar adecuado, esto mejora también su estado de salud. Incluso yendo más allá de esta asociación, en el enfoque One Welfare se justifica que el bienestar animal está asociado al bienestar humano y del medio ambiente”.
Un bienestar que no se refiere únicamente a salud, sino que abarca factores como alimentación, estado emocional o confort, tanto térmico como físico.
Por otro lado, existe la necesidad de “equiparar lo que espera la sociedad española en cuanto a bienestar animal, que espera unos estándares muy elevados, con los que los ganaderos, productores y veterinarios pueden ofrecer”.
Además, a esto se suma la posibilidad de integrar la tecnología haciendo uso de un sinfín de herramientas que facilitan y proporcionan información al detalle del estado de los animales. Información de gran utilidad para el ganadero y el veterinario que, a su vez, puede ser empleada para comunicar al consumidor con transparencia.
La legislación avanza en favor de la protección
A nivel de legislativo, la normativa de protección de los animales es común en los países de la Unión Europea. “A finales del siglo XX, principios del XXI, creció muchísimo la presión legislativa sobre productores y ganaderos en pro del bienestar de los animales. En los últimos años, se ha dado un respiro para que el sector productivo se adapte a esos cambios legislativos”.
Pero la presión no llega únicamente por las exigencias legales, sino que viene con fuerza por parte de los consumidores y la implementación de sellos de certificación en bienestar. Es aquí, donde “España no se queda al margen y es actualmente uno de los países europeos donde la certificación está creciendo más”.
El sector lácteo como paradigma de la certificación en bienestar
Con continuos cambios en el sector ganadero, Pol Llonch plantea el caso de la leche de vaca como paradigma de la creciente certificación en bienestar. “Es la que ha crecido más en certificación en bienestar animal. Poco a poco, las marcas han ido incorporando criterios de bienestar para seguir siendo competitivas, buscando el favor de un consumidor cada vez más sensibles en el cómo se produce la leche”.
Esto afecta a la totalidad del sector, ya que “aquellas marcas que no certifican están perdiendo competitividad frente a las otras y, de algún modo, se establece un nuevo punto de partida donde se asume que el bienestar animal está presente en la mayoría de explotaciones de vacas de España”.
Juntos hacia el enfoque One Health: desafíos del siglo XXI
Elena Gratacós, directora gerente de Boehringer Ingelheim Animal Health España, asume como propio el compromiso con el bienestar animal y manifiesta la apuesta de “la compañía por la prevención. Porque anticiparse es la mejor manera de mejorar la salud de los animales y, de este modo, proteger la salud de las personas. Así lo concebimos en un ámbito en el que se debería promocionar el uso de indicadores basados en el animal, tratando de alcanzar la evaluación individual y la anticipación”.
Este Manifiesto apuesta por el concepto One Health como una realidad que ya es prioritaria. Presente y futuro juntos en la promoción de vínculos entre bienestar humano y animal en equilibrio con el medio natural.
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*Según los indicadores de compra y consumo de productos cárnicos 2019 publicados por la Federación Empresarial de Carnes e Industrias Cárnicas.