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Estrés por calor: pérdidas económicas en la granja lechera (parte I)

Escrito por: Israel Flamenbaum Ph. D. - Cow Cooling Solutions, Ltd, Israel israflam@inter.net.il www.cool-cows.com

Adaptado del artículo original «Efectos del estrés por calor y el enfriamiento de las vacas en la economía de la granja lechera (Parte 1- las pérdidas económicas causadas por el estrés por calor); 1 USD= 0,92€ (24/02/2020)

israflam@inter.net.il   www.cool-cows.com

El estrés por calor es uno de los factores más influyentes en la rentabilidad de las granjas lecheras, especialmente en las regiones cálidas del mundo, y lleva a las vacas a una serie de respuestas conductuales y fisiológicas que las conducen a una reducción en la eficiencia de la producción y a importantes pérdidas económicas.

Disminución del consumo de alimento: ante el estrés por calor, el consumo de alimento disminuye, lo que lleva a una reducción del suministro de nutrientes, requerido para la producción de leche. Esto resulta en una disminución de la producción anual de leche en la vaca.

Eficiencia de la alimentación: se producen cambios metabólicos que conducen a una menor disponibilidad de nutrientes para fines productivos.

Al mismo tiempo, una parte de la energía se consume en la activación de los mecanismos corporales de disipación de calor (generalmente ineficaces), mientras se reduce la energía disponible para la producción.

A diferencia del apartado anterior, donde el consumo de alimento disminuye, en este caso algunos de los alimentos que se sirven y consumen, no sirven para fines productivos y, de hecho, se desperdician.

Fertilidad reducida: el estrés por calor reduce la duración e intensidad de las «señales de calor» de la vaca. Paralelamente, se reduce la efectividad de la inseminación artificial.

Además, el intervalo de «días abiertos» se extiende más allá del óptimo, un hecho que reduce la eficiencia de la producción y aumenta la tasa de eliminación «no planificada» debido a razones de fertilidad, que afectan negativamente a la mejora genética.

Deterioro del sistema inmune: en condiciones estresantes severas, el sistema inmune se deteriora y hay un aumento de la frecuencia de «eventos de morbilidad», especialmente cuando se aproxima el parto.

Se sabe que las «enfermedades del parto» son una causa importante de pérdidas económicas, principalmente debido a su efecto negativo en la determinación de la curva de lactancia y producción total de leche.

De aquí en adelante, se expone cómo cada uno de estos factores está perjudicando a la vaca, y se cuantifican sus pérdidas económicas.

 REDUCCIÓN DE LA PRODUCCIÓN ANUAL DE LECHE

Cuanto mayor es el rendimiento de la vaca, mejor es su «eficiencia alimentaria» (se requiere una menor cantidad de alimento para la producción de cada unidad de leche).

Esto puede explicarse por el hecho de que el requerimiento de alimentos para el mantenimiento del cuerpo es constante y no depende del nivel de producción: cuanto mayor es el rendimiento de la leche, el «alimento de mantenimiento» se «distribuye» en más litros.

En una encuesta realizada hace varios años en Israel, utilizando datos de 40 granjas lecheras a gran escala y a lo largo de 20 años, se observó un aumento de 2.000 litros en el rendimiento promedio anual de leche por vaca.


En consecuencia, el requerimiento de alimentos para la producción de 1 kg de leche se redujo de 0,83 a 0,76 kg de materia seca, una mejora de, aproximadamente, el 10% en la eficiencia alimentaria.

Suponiendo un costo diario de alimentación de 5 USD (4,6 €) y un promedio de 330 días de lactancia, se espera una pérdida de producción de 1.000 kg de leche por lactancia, debido a que la vaca no puede hacer frente al estrés por calor. Esto «costará» al productor alrededor de 180 USD (165,8 €) por vaca, anualmente.

REDUCCIÓN DE LA EFICIENCIA ALIMENTARIA

Estudios y encuestas recientes realizadas en los Estados Unidos, mostraron que exponer a las vacas a condiciones de estrés por calor reduce la eficiencia alimentaria en un 15%.

Suponiendo un costo promedio de alimentación diaria por vaca de 5 USD (4,6 €), y 120 días de verano al año, el no hacer frente al estrés por calor «costará» al productor aproximadamente 100 USD (92 €) por vaca, anualmente.

PÉRDIDAS DE FERTILIDAD DEBIDO A LA PROLONGACIÓN DEL «INTERVALO DEL PARTO»

Las vacas generalmente alcanzan una tasa de concepción del 40% cuando se inseminan en los meses de invierno. Esta tasa se reduce a menos del 20% en el verano si no se hace frente al estrés por calor.

Esta disminución a niveles tan bajos durante varios meses al año, aumenta el período de «días abiertos»en, al menos, 20 días. Estimando un «precio» de cada día abierto en 5 USD (4,6 €), las pérdidas alcanzarán aproximadamente 100 USD (92€) por vaca, anualmente.

AUMENTO DE LA FRECUENCIA DE «EVENTOS DE MORBILIDAD»

De acuerdo con investigaciones israelíes, el 5-10% de las vacas en el rebaño sufren infecciones en la ubre anualmente, el 30% de las vacas sufren infección del útero, el 20% de ellas sufren de cetosis y el 10% de las vacas sufren de retención de placenta.

Entre el 5 al 10% de las vacas en el rebaño abortan, y el 5% de las vacas abandonan el rebaño involuntariamente, debido a problemas de fertilidad.

Las repercusiones económicas para el productor son las siguientes (por cada caso):


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