Un rebaño de 500 ovejas pastará en el campus de Cantoblanco de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), como parte de un estudio que investiga los grandes beneficios de la ganadería extensiva. Este proyecto quiere destacar la importancia de la prevención de riesgos
Su finalidad es conseguir que los universitarios de la UAM, valoren los beneficios del pastoreo como servicio de prevención del riesgo de incendios, de una forma «mucho más económica» que el desbroce. Pretenden que a la vez se tenga en cuenta el papel fundamental que cumple, en la renaturalización de los espacios de las periferias urbanas.
El proyecto intenta recalcar que la transformación del modelo agrario actual deslocalizado, con grandes huellas de carbono e hídricas, y que además concentra el capital en pocas manos, fomenta la despoblación rural.
El pastoreo de ganado no solamente desbroza de manera más económica y contaminando menos, ya que no necesita combustibles como las máquinas y desbrozadoras, sino que también abonan durante el proceso.
El rebaño pertenece a la cooperativa agroecológica de los Apisquillos. Este ha pasado medio año en Casa de Campo. Utilizan las vías pecuarias de la Comunidad de Madrid para dirigirse a su lugar de origen, en Puebla de la Sierra, y pasar el verano alimentándose de los pastos de montaña en la Reserva de Biosfera de la Sierra del Rincón. Tratan de monitorizar el efecto beneficioso de la ganadería extensiva en la biodiversidad y la función de las Vías Pecuarias como infraestructura verde, para la conectividad ecológica entre espacios de la Red Natura 2000.
La introducción estacional, de dos a tres meses al año entre primavera y otoño, de un rebaño trashumante en el área periurbana exterior del campus cumpliría un papel didáctico, para dar visibilidad al alto potencial de este modelo agroecológico.
La falta de pastores para conducir el ganado extensivo es un hecho notable que se está incrementando en los últimos años. La realidad ganadera del país hoy en día se basa en rebaños con más cabezas y menos pastores. Esto se da sobre todo en la ganadería vacuna, y además, existe una clara disminución del ganado caprino y el ovino.
El ganado controla el crecimiento de la vegetación tanto herbácea como arbustiva, y contribuye a conservar los caminos y puntos de agua. El ganado ovino, caprino y bovino son los encargados de acabar con el manto vegetal, que podría ser una mecha altamente inflamable en caso de entrar en contacto con el fuego, y arrasar hectáreas de zona forestal, provocando en muchos casos graves efectos ecológicos sobre los ecosistemas y la fauna salvaje, y expulsa toneladas de dióxido de carbono emitidas a la atmósfera. También permiten el mantenimiento de los cortafuegos. En este sentido, quieren reafirma que la inversión en prevención es mucho más eficiente y menos costosa que las tareas de extinción.
Con esta iniciativa luchan por dar a conocer las ventajas de la actividad ganadera, que aprovecha recursos renovables de los ecosistemas para producir de forma sostenible los alimentos de calidad y saludables que requieren los consumidores. Además, minimizan la huella de carbono y estimulan la restauración ecológica.
La falta de ganado y pastores ha propiciado que zonas de bosque y pastos que antes se limpiaban de forma natural gracias a ellos, sean de difícil acceso o se encuentren completamente inaccesibles. Las zonas inaccesibles para el ganado al no estar sometidas a poda, tienen grandes probabilidades de prender, como las cunetas de las carreteras. Solamente en Cantabria, en lo que va de año, se han originado unos 476 incendios forestales que han quemado más de 5.000 hectáreas.
Tras vivir el pasado verano 2021, según el informe anual de temperaturas elaborado por Copernicus, el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea, el verano más caluroso desde que se tienen registros, parece ser que los próximos tres meses, las temperaturas volverán a incrementarse a niveles de récord. Las mínimas se encuentran en ascenso casi generalizado, y los termómetros estarán por encima de valores normales en estas fechas.
El excesivo calor, acompañado de la sequía que la península lleva un tiempo arrastrando, apuntan a un verano duro. El sur de la península, según predicciones, será especialmente uno de los grandes damnificados por estas temperaturas extremas.
Debido al cambio climático las temperaturas alcanzan máximas históricas, y si además las condiciones son adversas, es decir, se produce la llamada regla del 30-30-30, más de 30 grados, vientos de más de 30 km/h y una humedad relativa de menos del 30%, es casi imposible, apagar los fuegos. Por ello es necesario actuar en la prevención de los incendios.
Fuentes:
Campaña de lucha contra incendios forestales
Te puede interesar:
El descenso de la ganadería ovina reduce la población de aves esteparias