Las micotoxinas son metabolitos secundarios producidos por mohos u hongos filamentosos a los no se atribuye ninguna función evidente para el crecimiento o la reproducción, sino que aparecen como resultado de la interacción entre el moho y su entorno.
Sin crecimiento fúngico, no hay micotoxinas. No obstante, la presencia de mohos no implica necesariamente la presencia de micotoxinas, dado que solo determinadas cepas producen micotoxinas, siendo necesario que se den ciertas condiciones ambientales específicas para que ocurra. |
Los principales hongos micotoxigénicos pertenecen a los géneros Alternaria, Aspergillus, Fusarium, Monascus y Penicillium spp., pero otros géneros, como Chaetomium, Cladosporium, Claviceps, Diplodia, Myrothecium, Phoma, Phomopsis, Pithomyces, Trichoderma y Stachybotrys, también incluyen especies micotoxigénicas.
Actualmente, se han descrito aproximadamente 18.000 metabolitos secundarios de los hongos, pero solo un número limitado de ellos ha recibido atención científica desde los años 60 (Gallo et al., 2015).
Las micotoxinas más estudiadas son las “reguladas”:
Las micotoxicosis son síndromes resultantes de