La implementación de prácticas de manejo de rebaños de alta producción durante los periodos de altas temperaturas siempre ha sido un factor esencial del cuidado de las vacas lecheras y, sin duda, se intensificará puesto que este tipo de episodios continúan aumentando.
IMPACTO DEL ESTRÉS POR CALOR
El estrés por calor desencadena un aumento de la temperatura corporal de la vaca lechera, elevándola por encima de lo que se considera normal y desplazándolo hacia niveles potencialmente peligrosos.
De forma natural, las vacas implantan sus propios mecanismos de defensa como jadear, mantenerse más tiempo levantadas para mejorar la disipación del calor en lugar de descansar y reducir las actividades que generan calor, como ingerir alimento y rumiar (Figura 1).
Si bien, los efectos por el estrés por calor afectan de forma más pronunciada a vacas de alto rendimiento, tanto las vacas secas como las recién paridas y el ganado joven también están en riesgo cuando se exponen a un índice de temperatura y humedad (ITH) alto, de 68 o más.
ITH 68 equivale a una temperatura de 22°C y 50% de humedad. Cuanto mayor sea la puntuación del ITH, más daño causa a los animales afectados. Según Bernabucci et al. (2010), cada unidad de ITH en exceso de 68 provoca una disminución en la producción de leche de 0,27 kg.
CÓMO PUEDEN AYUDAR LOS GANADEROS
Existen una serie de herramientas que los ganaderos pueden poner en marcha para ayudar al ganado a hacer frente al aumento de ITH tales como:
- Proporcionar sombra adicional, ventilación, enfriamiento y un suministro abundante de agua limpia y fresca.
- Cambiar los horarios de alimentación a las horas más frescas del día para mantener los niveles de consumo de alimento.
- Aumentar el número de comidas diarias para mantener fresco el alimento que van a ingerir los animales.
SOLUCIONES A BASE DE LEVADURA
A través de varios estudios, se ha demostrado que las soluciones a base de levadura para combatir el impacto de estrés por calor tienen cualidades de protección positivas sobre la salud, el bienestar y el rendimiento del ganado.
Ensayos con Actisaf Sc 47 (Figura 2), realizados bajo condiciones de estrés por calor moderado a alto (77>THI>83), registraron un aumento de 1,5 kg/día en la producción de leche y 600 g/día en el consumo de alimento de materia seca para las vacas tratadas en comparación con los animales pertenecientes al grupo control.
Actisaf Sc 47, combinado con Safmannan, también mostró una fuerte respuesta inmune en vacas lecheras en condiciones de estrés por calor, en contraste con la disminución de las funciones inmunitarias que suelen aparecer en tales condiciones.
La reducción del recuento de células somáticas (RSC) en vacas lecheras también se ha relacionado con el uso combinado de Actisaf y Safmannan.
Selsaf, administrado a vacas lecheras que fueron expuestas a ITH 72 durante 9 semanas, mostró una reducción significativa en la temperatura rectal y la frecuencia respiratoria (Figura 3), comparadas con vacas suplementadas con selenio inorgánico.
MANTENER VACAS SANAS Y PRODUCTIVAS
Durante mucho tiempo se han desarrollado diferentes enfoques de manejo para ayudar a aliviar el impacto del estrés por calor.
Una estrategia nutricional que utiliza productos de levadura se convierte en una potente solución para aliviar los efectos negativos del estrés por calor.
Tanto la levadura probiótica, como las fracciones parietales y la levadura selenizada se presentan como fuertes candidatos para ayudar a los ganaderos a mantener vacas sanas y productivas en un mundo cada vez más exigente en términos de clima global. |
BIBLIOGRAFÍA:
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