Los departamentos de agricultura centroamericanos han lanzado una campaña de contención de la enfermedad que afecta al ganado
- La expansión de la plaga pone en riesgo la ganadería regional, mientras la falta de cooperación nicaragüense dificulta los esfuerzos conjuntos
El gusano barrenador, una plaga que se creía erradicada en Centroamérica y Norteamérica desde la década de 1990, ha resurgido con fuerza, poniendo en jaque a la ganadería de Mesoamérica. Desde 2023, se han registrado 63.579 casos en la región, con un preocupante incremento en las últimas semanas. Nicaragua, que posee el mayor hato ganadero de Centroamérica con 4,3 millones de cabezas de ganado bovino, encabeza las nuevas infecciones, representando el 56,4% de los casos recientes.
Las autoridades de Nicaragua informaron la semana pasada que han detectado 67 casos del gusano barrenador en humanos en el país, que se encuentra en alerta sanitaria animal desde abril de 2024.
Hasta el 12 de febrero pasado, Nicaragua registraba 16.938 casos de gusano barrenador, incluido 30 casos en humanos, que ahora se ha elevado a 67.
De esos 16.938 casos detectados de esa plaga hasta entonces, 8.588 son en ganado bovino, 6.739 en porcinos, 638 en caninos, 629 en equinos, 216 en ovino, 74 en caprino, 30 en humanos, 11 en aves, y tres en conejos, de acuerdo con los datos del IPSA.
Prevención de Enfermedades de Estados Unidos
Impacto económico y sanitario de la plaga
La reaparición del gusano barrenador ya ha tenido consecuencias económicas significativas. En noviembre de 2024, Estados Unidos suspendió temporalmente las importaciones de ganado mexicano debido a la detección de la plaga, lo que resultó en pérdidas de 22 millones de dólares semanales para el sector ganadero mexicano.
La mosca Cochliomya hominivorax, responsable de la plaga, deposita sus larvas en heridas abiertas de animales de sangre caliente, incluyendo humanos. Estas larvas se alimentan del tejido vivo, causando una enfermedad parasitaria conocida como miasis, que provoca pérdida de apetito y peso en los animales, y puede ser fatal si no se trata adecuadamente.
Esfuerzos regionales para combatir la plaga
Ante la amenaza, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en colaboración con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, ha lanzado una campaña regional para combatir el gusano barrenador. Washington ha aportado 2,3 millones de dólares para la prevención y erradicación de la plaga, y el IICA ha sumado 250.000 dólares adicionales para reforzar estrategias de comunicación y reducir el subregistro de casos.
Las medidas incluyen campañas de concientización para que los productores notifiquen los contagios, distribución de kits curativos y fortalecimiento de la colaboración entre organismos internacionales y gobiernos locales. La cooperación supranacional es esencial, ya que la plaga no reconoce fronteras y puede propagarse rápidamente si no se controla de manera conjunta.
Obstáculos en la cooperación nicaragüense
A pesar de los esfuerzos regionales, Nicaragua ha sido señalada por entorpecer la lucha contra el gusano barrenador. La centralización del poder en la pareja presidencial de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha dificultado la coordinación de acciones con Managua. Fuentes del sector agrícola centroamericano han expresado preocupación por las trabas impuestas por el gobierno nicaragüense, que van desde objeciones sobre el diseño de materiales de prevención hasta la centralización de decisiones que retrasan la implementación de medidas en el campo.
Esta falta de colaboración no solo afecta a Nicaragua, sino que pone en riesgo a toda la región. La rápida propagación de la plaga desde Nicaragua hacia países vecinos, como Honduras, es motivo de alarma. La movilización de animales infectados en camiones facilita la dispersión de la mosca, lo que subraya la necesidad de una respuesta sanitaria coordinada y efectiva.
Consecuencias para la ganadería regional
La ganadería es una actividad económica fundamental en Mesoamérica, y la expansión del gusano barrenador amenaza la estabilidad económica de miles de productores. La falta de control de la plaga podría llevar a restricciones comerciales adicionales, afectando las exportaciones y la economía de los países involucrados. Además, la salud pública también está en riesgo, ya que la plaga puede afectar a humanos, causando miasis cutánea.
Llamado a la acción conjunta
La situación actual exige una colaboración estrecha entre todos los países de la región. Es imperativo que Nicaragua se sume de manera proactiva a los esfuerzos conjuntos para combatir el gusano barrenador. La implementación de estrategias de comunicación eficaces, la distribución de tratamientos y la vigilancia epidemiológica son acciones clave que requieren el compromiso de todos los actores involucrados.
La experiencia pasada demuestra que la erradicación del gusano barrenador es posible mediante la cooperación internacional y la aplicación de medidas sanitarias rigurosas. Revertir la actual tendencia de propagación de la plaga es fundamental para proteger la economía, la salud pública y el bienestar de las comunidades rurales de Mesoamérica.
En conclusión, la reaparición del gusano barrenador representa una amenaza seria para la ganadería y la salud en Mesoamérica. La cooperación efectiva y la voluntad política de todos los países de la región, especialmente Nicaragua, son esenciales para enfrentar y superar esta crisis.