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Ovariectomía (castración) de terneras y vacas: método RILÚ

La ovariectomía en hembras bovinas está ampliamente extendida por países como Uruguay, Argentina o Brasil, y también empieza a llegar a Europa.

Algunas ventajas de la ovariectomía son:

Engorde

Además,

Leche: la desaparición del ciclo ovárico determina que sólo la hipófisis dirija la producción láctea, con lo cual, se mantiene constante. La leche de vaca castrada tiene mayor contenido graso y cuando llegue el final de su vida útil, estas vacas pueden ser eliminadas y vendidas como carne.

Uno de lo métodos que se esta practicando actualmente es el método RILÚ, creado por el veterinario argentino Héctor Ricardo Ludueña.

Para su inventor, es recomendable castras vacas y novillas para engorde ya que mejoran los índices productivos y reproductivos de la explotación. Además, se le da un valor añadido a grupos de hembras que se descartan sin aprovechamiento.

El momento oportuno para realizar la ovariectomía es cuando la hembra está vacía y a los 35-45 días post parto.

Los criterios para decidir castrar una hembra bovina son:

Antes de proceder a la cirugía, es necesario conocer el estado fisiológico de la hembra por palpación rectal, establecer un ayuno desde el día anterior, realizar una correcta desinfección de la vagina y, lo más importante, realizar la incisión sobre el techo de la vagina en la zona indicada (colpotomía),para luego ubicar los ovarios y ligarlos con una brida de plástico.

El método RILÚ es muy simple, rápido y seguro.

 

Existen otras técnicas quirúrgicas de ovariectomía en vacas:

  MÉTODO RILÚ (o castración a precinto modificado por Ludueña)  

Consiste en un ovariótomo compuesto por dos caños de acero inoxidable de diferentes calibres y largos. También pueden ser de bronce cromado.

El caño interior es más largo, más fino y tiene hasta 3 ranuras en la parte que sobresale donde se coloca la cola del precinto. Esta cola del precinto debe ser doblada hacia abajo para que se pegue en la pared interna del tubo interior y corra hacia abajo, quedando trabado el precinto.

Así, al tirar del extremo inferior (del tubo interior) permite que se cierre el extremo del precinto, enlazando el ovario y ligando el hilio ovárico (vena, arteria, nervio, parte del ligamento y oviducto).

Los precintos son transparentes o ligeramente claros y son de diferentes medidas en su ancho y largo.

Primero se debe formar un lazo ligeramente mayor al tamaño del ovario a ligar (hay veces que puede haber tumores en algún ovario y el lazo debe ser de mayor diámetro).

El extremo inferior del precinto, es el que se enhebra en la ranura y, a medida que se tira del extremo inferior del caño interno del ovariótomo, se va cerrando el lazo formado con anterioridad en el extremo superior del precinto.

Todos los precintos (los que estén listos para utilizar, los colocados en el ovariótomo RILÚ y los que están sin el lazo superior) deben encontrarse inmersos en una solución al 1% de desinfectante yodado.

Una vez cerrado muy firme el precinto, la cola que resta del mismo es cortada con un alicate, haciéndolo correr hasta que haga tope, para luego cortar.

Se enjuaga con solución al 1% y luego se reintroduce de la cavidad vaginal a la cavidad abdominal, el ovario ligado, enjuagando con la solución nuevamente.

Puede haber complicaciones como hemorragias o peritonitis.

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