A menudo se piensa que el ganado rumiante (vacas, ovejas y cabras) contribuye de modo negativo al cambio climático porque emite metano (CH4), un gas de efecto invernadero.
Si bien esto es cierto, el hecho de que el ganado eructe CH4 es parte de un ciclo natural importante que lleva ocurriendo desde el comienzo de la vida, es lo que se conoce como el ciclo biogénico del carbono.
EL CICLO BIOGÉNICO DEL CARBONO
El ciclo biogénico del carbono se centra en la capacidad de las plantas para absorber y secuestrar carbono.
Las plantas tienen la capacidad única de captar el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y depositarlo en las hojas, raíces y tallos de las plantas, liberando a su vez oxígeno (O2) a la atmósfera.
Este proceso se conoce como fotosíntesis y es fundamental para el ciclo biogénico del carbono.
Cuando las plantas realizan la fotosíntesis, el carbono se convierte principalmente encelulosa, un carbohidrato que es uno de los principales componentes básicos de las plantas.
La celulosa resulta ser el compuesto orgánico más abundante en el mundo, presente en:
Pastos
Arbustos
Cultivos
Árboles
El contenido de celulosa es particularmente alto en pastos y arbustos de terrenos marginales, que son lugares donde los granos de cereales y otros cultivos comestibles para la especie humana no pueden crecer.
Dos tercios de todos los terrenos agrícolas existentes en el planeta son marginales, llenos de pastos ricos en celulosa que no son digeribles por los seres humanos.
Pero, ¿adivinas quién puede digerir la celulosa procedente de estos terrenos marginales?
¡Los RUMIANTES! Ingieren ese material vegetal, obteniendo energía y reciclando la celulosa y, por tanto, también el carbono.
El ganado rumiante está hecho para digerir la celulosa, pudiendo consumir pastos y otras plantas con alto contenido en celulosa y, a través de la fermentación entérica, asimilar el carbono almacenado en la celulosa.
De esta forma, puede utilizar
el carbono para cubrir sus funciones vitales, como el crecimiento, la producción de leche y otros procesos fisiológicos y metabólicos. Como consecuencia del consumo de celulosa, el ganado pierde carbono en forma de CH4 y, por lo tanto, devuelve a la atmósfera el carbono secuestrado por las plantas. Después de unos 10 años aproximadamente, ese CH4 se descompone (oxidación de hidroxilo) y se vuelve a convertir en CO2 [CH4 ⇒ CO2 + H2O]. Una vez convertida en CO2, las plantas pueden volver a realizar la fotosíntesis y fijar ese carbono en celulosa. A partir de aquí, el ganado vuelve a consumir las plantas y el ciclo comienza de nuevo. En esencia, el CH4 emitido por el ganado no agrega carbono nuevo a la atmósfera, pues tras 10 años ese carbono es reutilizado por las plantas para la síntesis de carbohidratos. Más bien es parte del ciclo natural del carbono a través del ciclo del carbono biogénico (Liu, Proudman y Mitloehner, 2021). En la Figura 1 se esquematiza el ciclo biogénico del carbono: 1. El carbono procedente del CO2 atmosférico se captura vía fotosíntesis y se almacena en plantas en forma de celulosa, depositándose también en el suelo. 2. El carbono...
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