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¿Por qué no se quema Soria?

Soria cuenta con 447.000 hectáreas de masa boscosa y pese a eso este verano, otro año más, se está salvando de los grandes incendios.

Soria cuenta con 447.000 hectáreas de masa boscosa y pese a eso este verano, otro año más, se está salvando de los grandes incendios. Y no es que el monte de Soria sea ignífugo, de hecho ya se han producido unos 30 fuegos, lo que ocurre es que todos esos conatos se han sofocado antes de que alcanzasen grandes dimensiones. En Soria hace muchos años que se aplica un modelo de gestión de los bosques que se está demostrando eficaz para luchar contra el fuego.

El último gran incendio de la provincia se produjo en agosto del año 2000 y quemó 2.500 hectáreas, desde entonces la comarca de Pinares, Soria-Burgos esta casi libre de llamas gracias a su sistema de explotación y protección de sus zona forestal.

Por eso el llamado modelo Soria de protección frente a los incendios constituye un referente en materia de prevención.

Una estrategia que se basa en tres pilares:

El monte como generador de recursos,

El ataque temprano

La cooperación.

«Modelo Soria»

En el llamado «modelo Soria» de control de incendios se considera al monte como generador de recursos. En esta zona está muy arraigado el concepto de que el monte es bueno para todos. Por eso en el plan de gestión del bosque se implican también todos los interesados:

Un estudio de Cesefor calcula que hay más de 37 millones de metros cúbicos de madera en los montes sorianos, un recurso del que vive mucha gente. Pero no es la única, también la resina o las setas generan beneficio.

Todos estos recursos son a la vez generadores de empleo.

«Esto es causa y efecto de lo que ocurre, hay actividad económica ligada al bosque, de donde se obtiene setas, madera, resina y otros productos que generan actividad económica, y eso hace que tanto la industria como el propio entorno civil vea al al bosque como una fuente de recursos y supervivencia. Esto genera un ecosistema humano de alerta, de supervivencia, porque es un elemento importante en la vida de la gente», aclara el Ingeniero de Montes y director del Centro de Servicios y Promoción Forestal y de su Industria de Castilla y León (Cesefor), Pablo Sabín.

Apagar rápido el fuego

La probabilidad que un incendio se escape de control depende en gran medida del tiempo que se tarde en detectarlo. Y eso también lo han trabajado. En lo que llevamos de verano ya han tenido varios pequeños incendios desde Villar del Río a Pinares, de Ágreda al término de la capital o a Medinaceli, conatos que por suerte se han sofocado rápido.

«Ningún territorio que tenga terrenos forestales va a estar exento a los incendios», recuerda Sabín y por eso en esta zona se trabaja también un ataque rápido a los posibles focos.

Ningún territorio va a estar exento a incendios

Los bosques de Soria cuentan con una buena red viaria de caminos anchos y en ocasiones asfaltados que permite que los medios terrestres acudan rápido. Además una red de torretas de vigilancia y cámaras térmicas automáticas permite la identificación rápida de los puntos de humo, para que en caso de producirse un fuego, se llegue lo antes posible y sea más fácil sofocarlo.

«Aunque tenemos que contextualizar y tener en cuenta que la orografía del terreno no es como en otras zonas más abruptas, pero también es cierto que se está aplicando una gestión del territorio acertada con cortafuegos e inversiones basadas en una planificación adecuada», comenta el Ingeniero de Montes.

El fuego es el enemigo

Sin quitar mérito al resto de medidas que aplican, quizá la más efectiva sea el consenso que se ha logrado para entender que frente a un incendio no caben siglas ni otros intereses. El fuego es el verdadero enemigo a abatir y para evitar los incendios las administraciones implicadas trabajan juntas y en colaboración.

«La Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento, y la Diputación se reúnen cada año para planificar y organizar lo necesario», aclara el director de Cesefor.

Aunque las administraciones no son las únicas que invierten en gestionar el control de incendios. En Soria se ha logrado un modelo de autogestión con lo que se obtiene del bosque donde parte de los beneficios de su explotación se reinvierten en su conservación. Un tema en el que también hay consenso.

Una gran masa forestal

En los años 60, la provincia de Soria tenía apenas 87 millones de árboles. Actualmente tiene casi 250 millones de árboles (2.804 árboles por habitante) de los cuales 116 millones son coníferas (principalmente pinos y sabinas) y 134 son frondosas (encinas, robles, hayas, chopos), según el Inventario Forestal Nacional del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco).

Una gran masa forestal que presenta cada día un enorme reto de control. Por eso en Soria no bajan la guardia.

 

 


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