Los granjeros neerlandeses, con sus tractores, tomaron las calles de los Países Bajos la semana pasada bloqueando los centros de distribución en protesta por el previsiblemente cierre de granjas para reducir emisiones de nitrógeno.
El gobierno de Mark Rutte está a prueba ante esta crisis que afectará también el mundo de la aviación y de la construcción.
El 4 de julio, un grupo de enfadados agricultores y pescadores holandeses, presumiblemente vestidos como frisones de colores, y presos de la exuberancia furiosa, quemaron fardos de heno en las carreteras, y bloquearon las autopistas con tractores y maquinaria agrícola, cerrando el tráfico en todo el país. Los puertos y las fronteras fueron bloqueados.
Todo bajo la protesta por la declaración del gobierno de que el nitrógeno es una «crisis», y, por lo tanto, amenazando con confiscar las granjas para «resolver» la «crisis.»
Hasta el momento, las protestas provocaron interrupciones limitadas y dejaron algunos estantes de los supermercados casi desocupados, pero mayormente han causado mucha preocupación en el Parlamento neerlandés, de receso desde el pasado viernes, y en el Ejecutivo, ya que la solución se estima espinosa.
En dicha manifestación la policía disparó contra un adolescente de 16 años, hijo de un granjero. El suceso se está investigando. Los agentes aseguraron que estaba conduciendo un tractor contra la policía de forma amenazante y el abogado de la familia ha denunciado formalmente el polémico incidente. Al mismo tiempo, también fueron detenidos decenas de agricultores.
No prevén tirar la toalla porque suponen que los planes del gobierno son descomunales:
Las emisiones a base de nitrógeno tendrán que disminuir del 12 % al 95 % en ciertas reservas naturales en los próximos años, según un mapa del Ministerio de Agricultura.
Están destinados 24.300 millones de euros a medidas para reducir para 2030 las emisiones totales de compuestos de nitrógeno en un 50 %, y en hasta un 75 % en las reservas naturales protegidas. Las provincias neerlandesas tienen un año para elaborar planes detallados para reducir granjas y ganado.
UN ÁRBITRO Y MUCHAS PROHIBICIONES
Para intentar desahogar la crisis, el gobierno escogió a un veterano político, Johan Remkes, como mediador, pero el sindicato agrícola LTO se niega a negociar.
En 2019, el Consejo de Estado afirmó que la política para disminuir la desproporción de óxido de nitrógeno quebrantaba las directivas europeas sobre el resguardo de hábitats vulnerables y reclamó planes más estrictos, lo que ha llevado a este gobierno -que se formó el pasado enero- a destinar un ministerio para lidiar con esta crisis.
Países Bajos está macizamente poblado y consta con un sector agrícola enormemente intensivo. Son una fuente significativa de contaminación por nitrógeno, que proviene de dos fuentes principales:
-la quema de combustibles fósiles para energía (óxidos de nitrógeno)
-el estiércol creado por la industria ganadera (amoníaco y óxido nitroso)
La agroindustria está en el punto de mira: por ejemplo, la entidad Rabobank, el mayor financiador del sector, concedió 35.700 millones de euros en préstamos en 2021 al sector agrícola y alimentario y los socialdemócratas (PvdA) exigen que cancele parte de estos préstamos a los agricultores que tengan que cerrar sus negocios por la crisis del nitrógeno.
Por otra parte, está vaticinado que se notifiquen más medidas en las inmediatas semanas que perturbarán industrias como la aviación, el transporte, la construcción y las carreteras.
UN NUEVO GUANTAZO: EL ESTIÉRCOL
Está conocido que el Ministerio de Agricultura va a anunciar que los ganaderos neerlandeses no podrán mantener el próximo año la excepción del uso de estiércol como fertilizante en sus tierras.
Las normas europeas actuales marcan que los agricultores no pueden esparcir más de 170 kilos de nitrógeno del estiércol animal por hectárea de tierra, como pasa en España y que cumplen los ganaderos españoles, pero los neerlandeses, al igual que los agricultores de Dinamarca, Alemania, Irlanda y partes de Bélgica e Italia, tienen un límite más alto (hasta 250 kilos) por el «clima moderado y alto rendimiento de los pastizales».
Sin embargo, la Comisión Europea quiere ahora poner fin a esa derogación -permiso para desviarse de la norma-, y el ministerio está intentando que se haga de forma gradual, con la esperanza de que los neerlandeses no tengan que cumplir plenamente con los requisitos europeos hasta alrededor de 2026 o incluso más tarde, coincidiendo con la estrategia para reducir emisiones de nitrógeno, que ya supondrá reducir el ganado y, por tanto, el estiércol.
En plena crisis por el nitrógeno, esto tendrá consecuencias significativas para los ganaderos: tendrán que deshacerse de sus estiércoles en lugar de esparcirlo por el terreno, lo que tendría altos costes adicionales. Unas 19.000 explotaciones en Países Bajos hacen uso del régimen de excepción.
Fuente:
William M. Briggs
EFA
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