La queratoconjuntivitis infecciosa bovina (QIB) es la enfermedad ocular más frecuente en bovinos, con un impacto económico y sanitario importante en las ganaderías.
A pesar de ser una enfermedad autolimitante y raramente mortal, las pérdidas productivas derivadas de la falta de bienestar animal (a causa de las lesiones dolorosas), de la reducción en el consumo y el retraso del crecimiento son elevadas, a lo que hay que sumar las pérdidas económicas debido a los costes de diagnóstico y tratamiento.
La QIB es una enfermedad estacional con mayor porcentaje de afectados en verano y otoño, alcanzando un carácter epizoótico cuando la presencia de pastos, moscas y polvo es elevada.
El ganado bovino representa el único reservorio natural conocido de Moraxella bovis, agente etiológico primario de la enfermedad, pudiendo mantener la bacteria viable durante el invierno y siendo fuente de infección para animales más jóvenes durante el verano.
Etiología de la QIB
Moraxella
Moraxella bovis ha sido tradicionalmente considerada como el agente primario de la QIB.
Otras especies de Moraxella, M. bovoculi y M. ovis, también han sido asociadas a esta enfermedad, aunque su papel como causante de QIB no está completamente confirmado puesto que todavía no se ha conseguido realizar una infección experimental. Por ello, la participación de estas dos especies posiblemente tenga un carácter secundario.
Inicialmente, las tres especies se clasificaban como M. bovis, pero los estudios sobre sus diferencias fenotípicas y su distancia genética ha permitido definirlas como especies diferentes.
Mycoplasma
Es habitual encontrar especies de micoplasmas en casos de conjuntivitis.
Mycoplasma bovoculi es el más frecuentemente encontrado y muchos autores apuntan hacia su papel predisponente de posteriores infecciones por Moraxella.
Mycoplasma conjunctivae rara vez es considerado en los diagnósticos diferenciales y, sin embargo, es bien conocido su papel en pequeños rumiantes, ya sean domésticos o de vida silvestre.
Aquellos animales en régimen extensivo con estrecho contacto con estas especies pueden ser fácilmente contagiados.
Mycoplasma bovis ha sido detectado en varios casos de QIB en ausencia de otros patógenos, aunque su alta prevalencia en vías respiratorias dificulta elucidar con precisión su implicación en procesos oculares.
Herpesvirus
El Herpesvirus bovino tipo 1 (BHV-1), agente etiológico de la rinotraqueítis infecciosa bovina (IBR), es el único virus bien documentado como agente etiológico de QIB.
Varios estudios experimentales lo determinan como factor predisponente y señalan que la vacunación frente a este virus disminuye la clínica de conjuntivitis y blefaritis.
Actualmente, la administración generalizada de la vacuna frente a IBR hace que en rara ocasión podamos encontrar presencia de este virus en casos QIB.
Chlamydia
La infección sistémica por Chlamydia spp. en bovino usualmente afecta a las mucosas, incluida la conjuntival. Sin embargo, algunas infecciones experimentales han conseguido inducir procesos sistémicos que incluyen conjuntivitis, ceguera y afectación del nervio óptico.
Microbiota ocular en ojos sanos
La población bacteriana de los ojos de bovinos sanos es variada, compuesta principalmente por bacterias Gram positivas. También encontramos la presencia de Moraxella bovis, Moraxella catarrhalis y Mycoplasma bovoculi, además de otras especies como Streptococcus spp., Staphylococcus spp., Pasteurelaceas, Acinetobacter spp., Pseudomonas spp., Corynebacterium bovis, etc.
Aparición y cuadro clínico de la QIB
La QIB afecta
, sobre todo, a animales a partir de 45 días de vida, observándose una reducción en la incidencia a partir de los 130 días. No obstante, los adultos que no han sido previamente expuestos pueden verse gravemente afectados. Factores predisponentes Los factores predisponentes son aquellos que causan una lesión o erosión inicial en el ojo y permiten la colonización de gérmenes: La radiación ultravioleta provoca irritación en los ojos, aumentando la tasa de infección y de aparición de signos clínicos. De hecho, en estudios experimentales se ha demostrado que la irradiación con luz UV antes de la inoculación de M. bovis facilita la infección y provoca graves signos clínicos. La mosca de la cara (Musca autumnales) es un importante vector, ya que puede ser portadora de M. bovis durante periodos de hasta 3 días. Además, estos insectos actúan como irritantes oculares, aumentando el daño y las secreciones oculares. Otros microorganismos que actúan como agentes predisponentes son BHV-1, Mycoplasma spp. y Chlamydia spp. Signos clínicos La lesión comienza con una erosión ocular que evoluciona a queratitis y conjuntivitis y los signos clínicos que se observan tras 2-3 días de incubación son: Hiperemia de los vasos corneales Edema conjuntival Lagrimeo...
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