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Revisando la toxemia de gestación

Escrito por: Carlos Cerdán - Equipo Técnico Rumiantes Tecnovit, Irene Cabeza Luna - I+D Rumiantes, Tecnovit

La toxemia de gestación es un trastorno metabólico que afecta a ovejas y cabras durante el preparto, como consecuencia de un balance energético negativo.

Este se ocasiona por el desequilibrio entre la energía aportada tanto por la alimentación como por la neoglucogénesis; y los elevados requerimientos energéticos derivados de la alta demanda fetal.

A pesar de las mejoras en el manejo de la alimentación y en los sistemas productivos, esta patología continúa presentándose de forma frecuente, con una prevalencia del 4% en los rebaños, aumentando de manera considerable en aquellos más hiperprolíficos (Zamir et al., 2009).

En los casos de la forma clínica de la enfermedad, la mortalidad puede llegar a superar el 80%.

Esta enfermedad tiene un importante impacto económico, debido a la pérdida de fetos, retrasos en salida a celo, costes veterinarios y menor producción lechera, considerándose una de las principales causas de pérdidas económicas en las explotaciones ovinas (Radostits et al., 2007).

Los principales factores predisponentes son:

Factores nutricionales:

Factores inherentes al animal:

Factores ambientales o de manejo:

Todos aquellos que provoquen un mayor estrés (condiciones climáticas adversas, densidades elevadas…) pueden originar un aumento en las necesidades nutricionales y una alteración en la ingesta de alimento.

Sintomatología y consecuencias

El periodo del periparto es el más crítico en el ciclo productivo de las ovejas y cabras, siendo los aspectos más destacables:

Debido al balance energético negativo se produce una hipoglucemia, seguido de una excesiva formación de cuerpos cetónicos, que puede desencadenar en un cuadro de acidosis metabólica y un fallo renal por deshidratación.

También se pueden desarrollar síntomas neurológicos, por la acumulación de acetoacetato, y una encefalopatía hipoglucémica.

Los principales signos clínicos son la anorexia, letargo y falta de respuesta a estímulos. El animal adopta posturas anormales y es común el rechinar de dientes. En las últimas etapas se produce un incremento de la frecuencia respiratoria, contracciones musculares anormales y episodios convulsivos.

La mortalidad en los casos clínicos puede superar el 80% si no se establece tratamiento. En el caso de que la gestación llegue a término, generalmente se producen distocias por una deficiente actividad de la musculatura uterina y abdominal.

En los casos subclínicos, los principales efectos de la hipercetonemia son una disminución en la producción láctea y en el desempeño reproductivo, además de un aumento en el riesgo de presentar enfermedades concomitantes.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa en la anamnesis, los síntomas clínicos y, a nivel serológico, en un incremento de los niveles de cuerpos cetónicos, junto con la disminución de los niveles de glucosa (por debajo de 40 mg/ml).

El principal cuerpo cetónico en sangre es el Beta-hidroxibutirato (BHBA).

La hipercetonemia se suele diagnosticar por valores de BHBA en plasma mayores de 1,6 mmol/l, considerándose toxemia subclínica los valores de BHBA en plasma entre 1,6 mmol/l y 7 mmol/l (Feijo et al., 2015).

Este diagnóstico se puede realizar de forma sencilla en la explotación con extracción de sangre y análisis con tiras reactivas.

Existen otros indicadores de toxemia como la fructosamina sérica (disminuida), el pH urinario (ácido), los niveles de cortisol sérico (elevados), y un aumento de enzimas indicadoras de daño hepático (ALT, AST y GGT).

Tratamiento y prevención

En el caso del desarrollo clínico de la enfermedad, los tratamientos son costosos y poco rentables. Por ello, la prevención es fundamental para reducir las pérdidas asociadas a esta patología. Un buen programa estará basado en corregir las deficiencias en el manejo y en ajustar los programas nutricionales.

Un factor decisivo en el desarrollo de la enfermedad es la funcionalidad hepática, órgano regulador tanto de la glucosa en sangre y del aporte a los tejidos, como de la neoglucogénesis.

Los objetivos principales del tratamiento han de ser:

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