En un proceso inflamatorio se producen cambios vasculares que favorecen el escape de los líquidos de los vasos (edema), pero también desde las células hacia los tejidos que, con el aumento progresivo de la permeabilidad, se forma lo que se conoce como exudados.
Inicialmente, es un trasudado acuoso que, con el aumento de la permeabilidad, se transforma en un líquido rico en proteínas, el exudado.
Fuente: Patología General Veterinaria 6ª Ed. , Francisco J. Trigo Tavera, Germán Valero Elizondo
Por lo tanto, este se forma por la acumulación de líquidos de origen inflamatorio, células provenientes del torrente sanguíneo y detritus celulares.
Es importante diferenciar los exudados de los trasudados para poder identificar la patogenia del proceso y establecer un diagnóstico correcto.
Fuente: Patología General Veterinaria 6ª Ed. , Francisco J. Trigo Tavera, Germán Valero Elizondo
El origen de la inflamación puede ser diverso, por lo que el curso y la severidad del daño también serán diferente. Existen diferentes tipos de exudados:
- Exudado seroso: surge como respuesta a daños leves o durante la etapa inicial del proceso inflamatorio, especialmente en membranas serosas, piel y mucosas.
Esta compuesto mayoritariamente por agua, electrolitos y escasas proteínas. Es común en quemaduras de segundo grado.
- Exudados catarral o mucoso: es característico de las membranas mucosas, debido a la presencia de glándulas y células caliciformes; está compuesto básicamente por mucopolisacáridos, pero también puede contener sustancias antimicrobianas.
Su producción representa uno de los mecanismos de defensa más importantes de los epitelios que recubren las vías digestivas, respiratorias y genitourinarias.
- Exudado fibrinoso: se produce cuando hay daño severo al endotelio y membranas basales de los vasos, lo que permite la salida de grandes cantidades de proteínas, incluyendo el fibrinógeno.
Se presenta principalmente en membranas serosas y mucosas, como las del intestino, peritoneo, meninges o pleura. Aparece en procesos inflamatorios ocasionados por bacterias de los géneros Pasteurella, Mannheimia, Actinobacillus o Haemophilus.
- Exudado purulento o supurativo: se forma como respuesta a infecciones por bacterias cuyos productos estimulan la degranulación de los neutrófilos.
Las enzimas proteolíticas liberadas por los neutrófilos producen necrosis licuefactiva , formando lo que se conoce como «pus».
- Exudado granulomatoso: se observa en procesos inflamatorios crónicos, por lo que las células predominantes serán macrófagos, células epitelioides y células gigantes que se pueden presentar rodeados de una cápsula de tejido conecto fibroso, formando un granuloma.
Este tipo de exudado se presenta en reacciones contra agentes que no pueden ser eliminados, como bacterias intracelulares, hongos o en reacciones de hipersensibilidad tipo IV, mediadas por células.
- Exudado linfocitario: se caracteriza por la presencia de linfocitos y suele ser de origen viral. Se observa normalmente en el sistema nervioso, alrededor de los vasos sanguíneos, en las meninges y en el parénquima Solo es visible microscópicamente. Ejemplos son la rabia, el moquillo canino o la encefalitis equina.
- Exudado eosinofílico: se caracteriza por la presencia de eosinófilos y se encuentra en reacciones contra parásitos y procesos alérgicos. Solo se puede ver a nivel microscópico.
Un ejemplo sería la intoxicación con sal en los cerdos, donde los eosinófilos se acumulan alrededor de los vasos sanguíneos en el encéfalo.
- Exudados mixtos: según los elementos que contenga el exudados, podrá adquirir diferentes nombres (mucupurulento, serofibrinoso, fibrinopurulento…).
Fuente: Patología General Veterinaria 6ª Ed. , Francisco J. Trigo Tavera, Germán Valero Elizondo