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Colapso en los mataderos debido a la situación en las ganaderías

Algunas salas de sacrificio y algunas organizaciones agrarias alertan de un importante repunte de los envíos de ganado al matadero


  • Ante la sequía, no hay ni pastos ni forrajes para las vacas
  • Los ganaderos se están viendo obligados a sacrificar parte de sus animales para alimentar al resto
  • Los precios se han disparado y las ganaderías venden las vacas también ante la falta de relevo y mano de obra

Salas de sacrificio y organizaciones agrarias alertan de un importante repunte de los envíos de ganado, especialmente vacas, al matadero ante la imposibilidad de asegurar el abastecimiento de forraje por la sequía y los precios desorbitados.

Y es que mientras unos aseguran que no les consta tal colapso, otros, los ganaderos de vacuno y los mataderos que han decidido hacer pública su situación, denuncian lo contrario.

LAS LONJAS

Ante esta tesitura se hace necesario acudir a las cotizaciones en las lonjas porque sirven de termómetro para ver lo que está pasando.

Según Telelonjas, “la sequía y un precio de la leche a la baja hacen muy difícil la rentabilidad y se están sacrificando más, con la consecuente preocupación en el sector por la reposición futura de animales”.

Si se echa un vistazo a las tablillas de Binéfar, lonja referente en el sector vacuno, se puede ver que, efectivamente, el kilo de la canal de las vacas nodrizas (las de cría) está ahora 12 céntimos más barato que hace dos semanas y unos 20 céntimos más barato que a principios de febrero.

Destaca que mayo es una época habitual para un mayor envío de vacas al matadero porque a finales de abril acaba el “período de retención” de vacuno, es decir, el tiempo que las cabezas de ganado tienen que estar en la granja para poder cobrar las ayudas de la Política Agrícola Común (PAC).

Sin embargo, en el ámbito de los mataderos individuales sí se encuentran problemas y es lo que vienen denunciado estos días Javier Roldán, presidente de Macrisa (Matadero de Castilla-Rioseco), pronuncia la palabra “colapso” para definir la situación que están viviendo.

En 2022, se comercializaron en Salamanca 14.629 ejemplares de bovino más (de 502.703 ejemplares se pasó a 517.332) y el mayor incremento fue en vacas de carne (9.169 ejemplares).

La falta de forrajes “ha disparado” los costes de alimentación de las vacas en extensivo al tener que suplementarlas con más pienso, “hasta el punto de que vale más mantenerlas en el campo que llevarlas al sacrificio”, señala.

El sacrificio de vacas está atascando los mataderos, con saturación y listas de esperaen las comunidades más castigadas por la sequía. «Se ha incrementado el sacrificio en torno a un 30%», reconoce Javier Roldán.  Aclara que mayo es un período en el que los sacrificios suben “un 10-15 %” por la finalización de dicho periodo de retención pero este año “es un 30 % más” y, en vez de ser vacas para desvieje, son “jóvenes nodrizas en plena época de rendimiento productivo”.

El vacuno de leche no escapa a la tendencia y ya llevan meses en los que al lechero le sale muchas veces más rentable cobrar lo que le dan por la carne de su vaca que lo que le dan por la leche, según remarcan desde la principal organización de productores del país (Agaprol).

Ahora, según Agaprol, se ha notado que hay un repunte en los envíos a mataderos de vacas lecheras y no ya tanto por esa mayor rentabilidad que les da la carne sino por las dificultades para asegurar el forraje suficiente al ganado.

Los ganaderos “están haciendo sus cuentas para ver a cuántas vacas pueden alimentar” ante esa falta de forrajes, un alimento indispensable para los rumiantes y que no puede ser sustituido por completo con pienso, el cual también tiene un costo elevado 

Además, los forrajes son caros de importar aunque se haga desde países limítrofes como Francia, recuerdan otras fuentes sectoriales.

Es evidente que hay más descarte de ganado vacuno en las granjas, un fenómeno que parece responder a una mezcla de variables como un precio de la carne atractivo, el encarecimiento de los costes de producción en la granja, el fin del “período de retención” y, cómo no, la sequía que amenaza con el abastecimiento necesario de forrajes.

Referencias:

EFE Agro

NIUS

La Gaceta

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