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El Parque Natural del Montseny, como otras regiones de España, el pasado mes de marzo en Barcelona con la prueba piloto de Collserola o el proyecto “Rumbo al campo” en Málaga, están volviendo a rescatar los orígenes del pastoreo por necesidades climáticas y abandono de los bosques. Ambas zonas quieren fomentar la ganadería extensiva, cada una con sus peculiaridades, pero al fin y al cabo, con la misma intención final, proteger las zonas boscosas con sotobosques que incrementan cada año el riesgo de incendios.
Los rebaños de ovejas y cabras extensivos son “los nuevos bomberos” rurales.
En el Montseny están sacando adelante un plan de actuación específico para garantizar esta actividad económica –capital en la historia de la montaña– y mantener la biodiversidad en espacios abiertos.
Actualmente, este proyecto se halla en fase de desarrollo de un servicio integral que acompañe al sector para consolidarlo y poder hacer frente a su futuro. Esta iniciativa comenzó en 2020 después de la actualización del censo ganadero y una diagnosis de la situación de la ganadería extensiva en el Montseny.
Según el estudio encargado por el Parque Natural, la disminución de explotaciones, iniciada hace un siglo, ha llegado a mínimos en los últimos años. De modo que entre los años 2000 y 2020 cerraron un 46% de las explotaciones ganaderas. Desaparecieron 12 y únicamente 2 hallaron un relevo. La media de edad de los ganaderos, al mismo tiempo, es de 61 años.
El Parque tiene más de 30.000 hectáreas, pero solo una veintena de ganaderos, y la falta de relevo generacional, junto con la falta de espacios abiertos para la pastura, hacen que la actividad ganadera esté en situación de riesgo a desaparecer si no se encuentra una solución “inmediata”.
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Fuente:
El9NOU