Uno de los sistemas más frecuentes de manejo en las ganaderías de bovino lechero ha sido alojar a las terneras individualmente para posteriormente agruparlas tras el destete.
La decisión de alojar de manera individual a las terneras durante los primeros meses de vida se popularizó porque reducía el riesgo de transmisión de enfermedades. |
Al existir un menor contacto animal-animal, permitía tener un mejor control de la alimentación y un cuidado más individualizado de la salud de cada ternera. Sin embargo, este sistema precisa de más mano de obra para el manejo y mantenimiento de las instalaciones, además de necesitar una mayor superficie dentro de la granja que los alojamientos en grupos (Kertz y col., 2017).
Recientemente, distintos estudios que han revisado las condiciones óptimas para un crecimiento saludable, tanto a nivel fisiológico como conductual del ternero, han señalado que el alojamiento individual no proporciona las condiciones físicas y de estimulación social necesarias para el buen desarrollo de los comportamientos naturales, lo que podría afectar a la salud y el bienestar de las terneras.
A nivel de bienestar, las terneras alojadas en casetas individuales de pequeño formato tienen dificultad para levantarse, tumbarse de forma natural y darse la vuelta (Figura 1).
Con respecto al comportamiento, debido a la alta motivación de los terneros hacia el contacto social, el aislamiento podría perjudicar