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Fragmentos virales de fiebre aftosa en carne de vacuno en el aeropuerto de Adelaida

Las autoridades sanitarias en Australia están en alerta tras detectarse fragmentos virales de fiebre aftosa en productos de carne importados. El Gobierno australiano reforzará medidas sanitarias en los terminales aéreos


Se encontraron fragmentos del virus de fiebre aftosa, en el aeropuerto de Adelaida, la quinta ciudad más grande de Australia. Mientras en Melbourne se están implementando pruebas tras la detección de rastros virales en productos de carne de cerdo importados.

Según el ministro federal de Agricultura, Murray Watt, las pruebas de bioseguridad en el aeropuerto de Adelaida detectaron los fragmentos en un producto de carne de res no declarado que llevaba un pasajero procedente de Indonesia.

Los únicos vuelos a Adelaida desde Indonesia son desde Bali, donde ha habido un brote de la enfermedad. Las personas pueden portar el virus hasta por 24 horas y ser una fuente de infección para los animales.

Esta no es la primera vez que se encuentran fragmentos virales de aftosa en aeropuertos. Los rastros son detectados por perros. Sumada a esta medida, se anunció la utilización de alfombras sanitarias en los aeropuertos para los viajeros que regresan de Indonesia.

Australia permanece libre de ambas enfermedades ya que no se ha detectado la presencia de un virus vivo, pero el ministro reiteró la importancia de adoptar medidas de bioseguridad. La recomendación además es limpiar los zapatos o ropa, o que dejen su calzado en el extranjero.

«Esta no es la primera vez en la historia de Australia que detectamos fragmentos virales de la fiebre aftosa en productos de carne; ha sucedido previamente en aeropuertos», dijo Watt a periodistas en Brisbane.

Medidas de bioseguridad

Tras incrementarse el brote de fiebre aftosa en Indonesia, Australia trata de contener la entrada de esta enfermedad. Una carta del Ministerio de Agricultura de Indonesia confirmó la entrada de la fiebre aftosa en Bali, con pruebas que confirmaron que 63 vacas estaban infectadas en tres sitios alrededor de la ciudad.

Se impuso un bloqueo para impedir la entrega de ganado fuera de Bali. Las infecciones en Bali se suman a los más de 230 000 animales infectados en 22 provincias de Indonesia desde que se informó por primera vez del brote a principios de mayo. Indonesia inició un programa nacional de vacunación a mediados de junio y los informes de los medios indican que el número de animales vacunados hasta ahora ha llegado a 169 782.

La fiebre aftosa es altamente contagiosa y representa una gran amenaza para el sector ganadero de Australia y la economía australiana en general. La Oficina Australiana de Economía y Ciencias Agrícolas y de Recursos, estima que un brote generalizado tendría un impacto económico directo de 80 mil millones de dólares australianos en los próximos 10 años.

La religión principal en Bali es la hindú, se traduce en una gran cantidad de cerdos, así como más de 600.000 cabezas de ganado repartidas por toda la isla.

La presión ahora es realmente alta, ya que la infección estará en Seminyak y Canggu, las principales áreas turísticas en cuestión de días, si es que aún no está aquí”, dijo el Dr. Ainsworth.

Ainsworth aclaró que no hay necesidad de restringir el turismo a Bali, solo reducir las posibilidades de que un viajero cueste miles de millones de dólares a Australia y sus industrias ganaderas. Sin mencionar las enormes implicaciones para el bienestar animal.

“Los viajeros ya están acostumbrados a una gran cantidad de intervenciones molestas por la covid, por lo que los requisitos adicionales, como asegurarse de que sus zapatos estén limpios y pasar una esponja húmeda con desinfectante antes de abordar y después de salir de su vuelo, me parecen soluciones simples y sensatas que puede ayudar a lidiar con el nuevo nivel de riesgo”, manifestó.

Hace unos días, también se encontraron fragmentos similares en lo que parece ser carne de cerdo importada ilegalmente en los supermercados de Melbourne. El director veterinario Mark Schipp explicó que las importaciones potencialmente ilegales se habían detectado después de que las autoridades aumentaran las auditorías de los minoristas.

“Los productos eran de países de los que Australia no permite la importación de carne, y los productos se describieron como origen vegetal, pero eran de origen animal”, aseguró. 

Se cree que los productos fueron importados de China y se encontraron en un negocio minorista en el distrito comercial de Melbourne como parte de un ejercicio rutinario de vigilancia. Según Watt, las autoridades están llevando a cabo investigaciones adicionales sobre cómo los productos entraron a Australia y es probable que haya procesos legales.

 

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