El Gobierno actualiza la regulación del logotipo «raza autóctona»

El Gobierno actualiza la regulación del logotipo «raza autóctona» para reforzar la biodiversidad ganadera y la trazabilidad del producto

• A través del Real Decreto 937/2025 del 21 de octubre que modifica el Real Decreto 505/2013, se facilita el uso del logotipo, se eliminan obstá­culos y se potencia la visibilidad de los productos de razas ganaderas autóctonas.

El pasado 1 de noviembre de 2025, se publicó en el Boletín Oficial del Estado la disposición que modifica el régimen del logotipo «raza autóctona» para los productos de origen animal. Con esta norma, el Gobierno busca impulsar la conservación de razas ganaderas autóctonas —que en España suman 166 de las 188 razas catalogadas, muchas de ellas en riesgo de desaparición— y mejorar la información que reciben los consumidores sobre el origen racial de los productos que adquieren.

España cuenta con una de las mayores diversidades de razas ganaderas de Europa: según el Real Decreto 45/2019, se contabilizan 188 razas y variedades, de las cuales 166 son autóctonas y 148 se encuentran en situación de amenaza. Ante este panorama, el Real Decreto 937/2025 introduce cambios clave que afectan a distintos aspectos:

Se reformula el objeto del Real Decreto 505/2013 para establecer que el uso del logotipo “raza autóctona” sea voluntario y destinado a garantizar que los consumidores reciban “información fiable y una garantía del origen racial de dichos productos” y, además, a fomentar “la competencia leal y generar valor añadido en beneficio de los productores de razas autóctonas”.

Se actualizan las definiciones de productos de razas autóctonas, etiquetado y demás conceptos recogidos en el artículo 2 del reglamento, vinculando la normativa a la del Real Decreto 45/2019 y al Reglamento (UE) 2024/1143 sobre indicaciones geográficas.

Se suprime la restricción que impedía la comercialización simultánea del logotipo «raza autóctona» cuando el producto estaba amparado por una Denominación de Origen Protegida (DOP) o Indicación Geográfica Protegida (IGP). Con ello, se flexibiliza su uso junto a otras figuras de calidad.

• Se endurecen los requisitos de control: los operadores autorizados que usen el logotipo deberán pasar verificaciones periódicas. Por ejemplo, al menos el 20 % deberán ser inspeccionados anualmente, priorizando los nuevos, los que tuvieron deficiencia o los que no han sido inspeccionados en los últimos 5 años.

• Se incorpora un nuevo régimen de infracciones y sanciones en caso de uso irregular del logotipo, vinculándose a la Ley 30/2022-PAC y otras normas agroalimentarias.

Importancia para el sector ganadero

Para el sector de los rumiantes —ovejas, cabras, vacas— y para las explotaciones que crían razas autóctonas, esta reforma tiene varias implicaciones clave:

• Mayor visibilidad: los productos derivados de razas autóctonas podrán distinguirse mejor en el mercado gracias al logotipo, lo que puede traducirse en mayor valor añadido.

• Incentivo a la conservación: al facilitar la comercialización y etiquetado, se incentiva la cría de razas minoritarias y la biodiversidad ganadera, factor clave frente a enfermedades emergentes, cambio climático y otros riesgos sanitarios.

• Claridad normativa: al actualizar definiciones y eliminar solapamientos, las cooperativas, asociaciones de ganaderos y productores tienen un marco más claro para aplicar el logotipo.

• Compatibilidad con calidad: la posibilidad de combinar el logotipo con DOP/IGP y otros sistemas de calidad permite maximizar la diferenciación del producto.

• Trazabilidad y control: las nuevas obligaciones de inspección refuerzan la garantía de origen racial, lo que puede reforzar la confianza del consumidor y del mercado.

Con la aprobación del Real Decreto 937/2025, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación refuerza una herramienta simbólica pero efectiva: el logotipo «raza autóctona». Esta norma no solo promueve la biodiversidad ganadera y la sostenibilidad del sector, sino que ofrece al productor un nuevo canal de valor añadido y diferenciación. En un contexto en el que los retos sanitarios, medioambientales y de competitividad se intensifican —como es el caso de la resistencia antimicrobiana, la sostenibilidad y la eficiencia productiva—, este paso normativo aporta claridad, impulso y oportunidad para las razas autóctonas y sus productos.