Importancia del control de insectos voladores en rumiantes

El control de insectos y arácnidos en las instalaciones ganaderas debe estar basado en la prevención más que en la eliminación.

Los insectos voladores, como moscas, tábanos o mosquitos, están muy presentes en las ganaderías de bovino de carne, bovino de leche y pequeños rumiantes y se han convertido en graves problemas sanitarios que usualmente quedan relegados a un segundo plano por la falta de información a cerca de su control o la falta de datos cuantitativos de las pérdidas que estos están produciendo dentro de las instalaciones.

Este tipo de insectos puede provocar diferentes tipos de daños dentro de la ganadería:

Alto nivel de estrés en los animales (dolor por picaduras, molestias por presencia de moscas)

Altos niveles de estrés para los trabajadores

Diseminación de múltiples enfermedades o aparición de lesiones en los animales como las miasis o conjuntivitis que pueden tener mal pronóstico

Enfermedades como:

• Salmonelosis
• Lengua Azul
• Coccidiosis
• Escherichia coli
• Conjuntivitis por Moraxella bovis

Las instalaciones ganaderas son espacios ideales para el desarrollo de los insectos y de los microorganismos debido a la alta presencia de materia orgánica, humedad y alimento que allí encuentran.

El control de todo tipo de insectos y arácnidos debe estar basado en la prevención más que en la eliminación.

La gran mayoría de las veces los tratamientos se realizan cuando ya existe una alta población de insectos, por lo que ya vamos tarde para controlar la infestación. En este punto el control de las poblaciones de insectos va a ser mucho más complicada y va a requerir de mayor mano de obra e inversión.

El control de voladores en rumiantes y pequeños rumiantes es un proceso que, para que consiga resultados óptimos, debe realizarse en continuo en el tiempo.

Para conseguir el óptimo control de las plagas de insectos, nos basaremos en prevenir la proliferación de estos. Para ello, basaremos nuestras actuaciones en el uso combinado de productos larvicidas, que inhiban el desarrollo larvario, y adulticidas, que eliminen a los individuos adultos.

En el caso de encontrarnos en el momento inicial previo a la proliferación de adultos, podemos basar nuestras actuaciones en el uso combinado de productos larvicidas y de repelentes para su aplicación sobre los animales, incrementando la protección de estos.

Las materias activas larvicidas van a controlar de forma muy efectiva la población de insectos ya que, de forma general, un 80% de los insectos están en estados larvarios (huevos, larvas, ninfas y pupas).

Solo un 15-20% de la población se corresponde con la población adulta.

Por tanto, si conseguimos controlar a ese 80%, el ciclo de vida de los insectos se cortará de forma drástica, siendo así el control posterior de los adultos con insecticidas-adulticidas mucho más eficaz.

Además, el uso de repelentes sobre los animales va a conseguir que los insectos adultos no se establezcan en las instalaciones, disminuyendo la posibilidad de puesta de larvas en las instalaciones ganaderas.

Insecticida-larvicida superconcentrado de amplio espectro de acción para el control de plagas de insectos.

Doble acción: actúa tanto sobre individuos adultos (Cipermetrina) como larvas y huevos (Diflubenzuron), lo que permite prolongar su efecto en el tiempo, frenando su ciclo biológico mediante la inhibición del desarrollo larvario, eclosión de los huevos y muerte de los individuos adultos impidiendo completar su ciclo reproductivo.

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