Italia libra una batalla contra la carne sintética

Italia libra una batalla contra la carne sintética y cultivados en laboratorio para preservar la salud y patrimonio gastronómico

Las propuestas presentadas por el gobierno de Georgia Meloni, aprobadas por los ministros la semana pasada, prohibirían la producción y comercialización en Italia de los llamados «alimentos sintéticos» producidos a partir de células animales en laboratorios.

En el Consejo de Ministros del 28 de marzo se aprobó un proyecto de ley que prohíbe la producción y el comercio en Italia de alimentos como la carne sintética (o mejor dicho, carne cultivada): es decir, elaborados a partir de células animales en el laboratorio.

El proyecto de ley se aplicaría también al pescado producido en laboratorio y a la leche sintética. Según los informes, introducirá una multa de 10.00o a 60.000 euros por cualquier violación de prohibición de la propuesta.

El ministro de Agricultura del Ejecutivo de Roma, Francesco Lollobrigida, considera que este alimento cultivado «no garantiza la calidad ni el bienestar» de los consumidores ni tampoco respeta «la cultura y la tradición gastronómica» de Italia.

Según declaraciones conjuntas del ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida, y de Orazio Schillaci, ministro de Sanidad, el objetivo es «garantizar el máximo nivel de protección de la salud de los ciudadanos y preservar el patrimonio agroalimentario».

La decisión de prohibir la carne sintética ha sido aplaudida por Coldiretti, la principal asociación de agricultores y ganaderos del país, que ha recogido 500.000 firmas contra la producción y comercialización de alimentos creados en laboratorios.

«Los jóvenes agricultores y ganaderos que han optado por construir su futuro en el campo, serían las primeras víctimas de la difusión de los alimentos sintéticos, que tienen como objetivo reemplazar los alimentos naturales producidos en el campo con los elaboradores en el laboratorio.» Coldiretti, presidente de Ettore Prandini.

Italia considera que el sector de la carne artificial está avanzando mucho más rápido que la legislación europea, y prefiere adelantarse velando por los intereses propios del país.