La UE busca aplacar la ira de los agricultores del bloque
Los ministros de Agricultura de la Unión Europea llamaron este martes a atender el descontento de los productores agrícolas
Para el ministro belga de Agricultura, David Clarinval, «la cólera de los agricultores obedece a varios factores y no necesariamente tiene las mismas razones de un país a otro», pero igualmente «deben ser tenidos en cuenta».
Los ministros saludaron la iniciativa de un «diálogo estratégico» con los agricultores, una idea lanzada por la Comisión Europea en septiembre pasado y que arrancará formalmente el jueves.
Los productores de la UE han decidido llevar su ira a las calles y han cerrado carreterasen protesta, protagonizaron desfiles de tractoresy se manifestaron en forma masiva en Francia, Alemania, Polonia, Rumania y Países Bajos.
Competencia desleal de las importaciones provenientes de Ucrania
La regulación ambiental, el aumento en los combustibles, y la considerada competencia deslealde las importaciones provenientes de Ucraniaencabezan las protestas de los productores agrícolas.
El ministro irlandés, Charlie McConalogue, señaló que es posible que los productores agrícolas «se sientan bajo una presión constante, debido a los numerosos cambios políticos ocurridos en los últimos años».
El «diálogo estratégico» con los agricultores arrancará finalmente esta semana. El infuyente grupo agrícola europeo Copa-Cogeca apuntó que se trata de una «iniciativa bienvenida, aunque ha tardado en materializarse».
La agenda prevista para el jueves incluye el de los ingresos de los agricultores, la innovación tecnológica y la competitividad, entre otros, adelantó el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Maros Sefcovic.
«Los participantes decidirán hasta dónde quieren ir», añadió el funcionario, quien señaló que se esperan conclusiones para septiembre de este año.
Un vocero de la Comisión Europea, Olof Gill, dijo que «el diálogo estratégico abordará (…) cuestiones sobre cómo podemos garantizar un nivel de vida justo para los agricultores y las comunidades rurales».
También participarán grupos agrícolas, miembros del sector agroalimentario, organizaciones no gubernamentales y expertos.
Para el ministro español de Agricultura, Luis Planas, la situación puede ser vista como explosivaante la proximidad de las elecciones europeas previstas para junio.
«La extrema derecha busca utilizar a los agricultores y ganaderos como instrumento político. Me parece lamentable. Necesitan que se les defienda, que se les escuche (…) pero no que se les manipule políticamente», expresó.
Preocupaciones generalizadas
Más allá de especificidades nacionales, los agricultores tienen en común la preocupación con los crecientes desafíos que enfrenta la agricultura, incluido el clima extremo, la gripe aviar y los crecientes costos del combustible.
También comparten la preocupación con la llegada de productos agrícolas ucranianos a la UE desde el levantamiento de los derechos de aduana en 2022.
La UE decidirá en juniosi renueva esa política de derechos de aduanapara los productos agrícolas ucranianos. Los grupos agrícolas europeos exigen límites a las importaciones de productos ucranianos como cereales y azúcar.
Otro motivo de discordia es lo que los agricultores ven como una regulación excesiva.
«La maquinaria reguladora europea sigue funcionando a toda velocidad, ignorando el contexto geopolítico, climático y económico que está socavando las explotaciones y los ingresos de los agricultores», señaló Copa-Cogeca en un comunicado.
En la visión del ministro rumano de Agricultura, Florin Barbu, «es necesario tener más flexibilidad ante los desafíos (…) y dar prioridad a la competitividad» mediante la «simplificación de normas» vigentes.
El descontento de los agricultores ha sido también una preocupación creciente en el Parlamento Europeo.
El mayor grupo parlamentario, el del Partido Popular Europeo (PPE, derecha), ha tratado a menudo de suavizar los textos agrícolas, argumentando que representan los deseos de los agricultores.
La eurodiputada francesa del PPE Anne Sander apuntó que en ese bloque «compartimos la ambición ecológica, pero debemos adaptarla a la situación económica. Los precios agrícolas están cayendo, los gastos se disparan y añadir esfuerzos regulatorios adicionales es demasiado».
Sander también acusó a la Comisión de ignorar las advertencias del sector durante años.