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19 Feb 2021

Manejo adecuado al ternero en la entrada al cebadero

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La entrada al cebadero es un momento de mucho estrés para el animal repercutiendo negativamente en su rendimiento productivo, siendo fundamental que se pongan en práctica todas las medidas posibles para mitigar los efectos del manejo, climáticos, el ayuno, la mezcla de animales y, especialmente, los efectos del transporte.

 

Problemática del Transporte

El transporte de bovinos para su engorde y posterior sacrificio es un proceso durante el cual el animal es sometido a múltiples factores de estrés, físicos y psicológicos, lo que repercute en su salud y comportamiento productivo.

Ante estos estímulos, la respuesta de los animales al estrés varía de acuerdo con diferentes factores, tales como: la naturaleza del viaje, la agrupación de animales desconocidos, el uso de pica, la presencia de ruidos, la alta densidad de carga, el tipo de vehículo y su forma de conducción, las condiciones de la carretera y duración del viaje, entre otros.

En estas situaciones de estrés en las que el animal no tiene acceso a comida y agua durante un largo periodo de tiempo, se produce una deshidratación en mayor medida por la merma celular debida a la salida de potasio y fluido intracelular, lo que afecta a las mucosas, la función del sistema inmune y la actividad ruminal, predisponiendo a los terneros a padecer de diferentes patologías.

 

El peligro de la deshidratación

Cuando los niveles de agua en el cuerpo no son normales, el organismo trata de compensar a partir de líquido extracelular y en caso de ser necesario de líquido intracelular.

Cuando disminuye la cantidad de líquido corporal se producen desequilibrios ácido base y de electrolitos.

La deshidratación puede ser mortal, especialmente en animales jóvenes o agotados por diferentes manejos rutinarios, y puede promover problemas secundarios de salud como la acidosis e insuficiencia renal.

La deshidratación es expresada en porcentajes de peso corporal perdido en forma de agua.

 

¿Cómo hacer un buen manejo para un ternero a la entrada en cebo?

Aunque los programas sanitarios pueden variar de unos cebaderos a otros se puede establecer un estándar considerando las prioridades en cuanto al manejo y productos que deben aplicarse.

1. Rehidratación

La rehidratación es lo más importante y se debe realizar antes de que los animales nuevos entren en contacto con los ya existentes en la explotación.

Es imprescindible porque la deshidratación hace que las mucosas del tracto respiratorio y digestivo estén secas y pierdan efectividad a la hora de cumplir su función de filtro frente a los patógenos.

Por lo tanto, si no cumplimos con este paso, es posible que en unos días podamos ver síntomas de enfermedad, bien digestiva como diarreas, o problemas respiratorios.

Se debe aplicar en todos los animales, independientemente de su peso y de la distancia recorrida en la entrada a cebo, con el objetivo de:

  • Corregir el nivel de deshidratación que haya sufrido el animal durante el transporte y manejo.
  • Adaptar el sistema digestivo tras el periodo de ayuno.
  • Aportar energía, sobre todo a terneros mamones.

Para esto, es importante poder ofrecer a los terneros un buen rehidratante que permita reestablecer el equilibrio hídrico y electrolítico, recuperando las características normales y funcionales de las mucosas y del aparato digestivo.

Recomendamos el uso de BILANTUL REHIDRA®, un rehidratante isotónico en forma de polvo soluble; su dilución es a razón de 30 gramos por litro de agua y se debe suministrar de acuerdo con el grado de deshidratación, calculando la diferencia entre el peso de salida y el peso de entrada al cebadero.

 

 

 

 

 

El siguiente paso para seguir es establecer un buen protocolo sanitario en la entrada al cebadero para prevenir patologías parasitarias e infecciosas.

2. Prevención y control parasitario

Los parásitos son una fuente de estrés para los animales, pero, sobre todo, las infestaciones por piojos.

El estrés que se genera repercute en el tiempo de comida con rumia y, como consecuencia, en la Ganancia Media Diaria (GMD).

Por otro lado, también están los parásitos intestinales, como los coccidios, que, en esta etapa de vida, pueden provocar grandes pérdidas por diarreas.

Después de la rehidratación, el animal está preparado para alimentarse, por lo que podemos aprovechar esta actividad natural del animal para incluir en el pienso un producto fitobiótico como el COCCI CERO® que tiene la capacidad de controlar Coccidios, Cryptosporidium, algunas bacterias como el Clostridium y el piojo.

Además, es un producto que modula la microbiota ruminal favoreciendo bacterias salutíferas como los Enterococcus spp. y Lactobacillus.

 

 

3. Salud a través de la prevención

Un plan vacunal que incluya enterotoxemias y vacunas de enfermedades víricas a todos los animales que entren al cebadero reduce la morbilidad y el porcentaje de animales con patologías infecciosas. Esto se traduce en una mejora de la GMD y la calidad de la canal.

La vacunación de los terneros a la entrada de cebaderos va a repercutir en:

  • Reducción de la morbilidad.
  • Mejora de la GMD.
  • Mejora de la calidad de la canal.

4. Manejo

En la fase de entrada al cebadero es recomendable dividir los animales en lotes, formando lotes principalmente en base al sexo y pesos.

La distribución en lotes uniformes es importante, ya que se consigue disminuir la competencia entre animales.

El bienestar animal es de vital importancia. En vacuno, al igual que en otras especies, existe una marcada jerarquía entre los distintos componentes de un grupo de animales, por lo que se debe cuidar la densidad en los corrales.

Estudios de Anderson y col (1997) han demostrado que la diferencia entre tener un ternero cada 1,8 m2 o 3,1 m2 puede ocasionar pérdidas de hasta 100 gramos de crecimiento diario y empeoramientos del índice de conversión de hasta un 10%.

Así mismo, es muy importante ofrecer una zona de descanso cómoda y fresca, ya que el aumento de circulación en los animales tumbados favorece la absorción y metabolismo de los nutrientes digeridos.

Hemos podido observar que hay mejoras de entre 60 y 100 gramos diarios de crecimiento en terneros con encamados cómodos y secos frente a grupos de animales con camas húmedas y sucias.

El espacio de los comederos va a determinar que el animal pueda ir a comer más veces bajando el riesgo de padecer de enfermedades digestivas. Las recomendaciones actuales en el capítulo del agua apuntan a un mínimo de 5 cm lineales de bebedero por animal y a que un 10% de los animales deben poder tener acceso a los bebederos al mismo tiempo.

No hay que olvidar los programas de bioseguridad en la explotación, el uso adecuado de EPIs y los programas de desinfección, desinsectación y desratización que van a proteger a la explotación de la entrada de patógenos y la manifestación de enfermedades.

El pesaje de los terneros, individualmente o por lotes, tanto en el momento de entrada al cebo como en el momento de finalización, es importante para calcular las Ganancias Medias Diarias, los Índices de Conversión y evaluar los rendimientos de los animales y la explotación.




 
 

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