Debido al confinamiento ocasionado por la crisis sanitaria, los ganaderos británicos están viéndose obligados a tirar miles de litros de leche fresca.
El cierre de la hostelería y la restauración, lugares donde los ciudadanos británicos consumen este producto y derivados, supuso un duro golpe para el sector en un país donde la entrega de leche fresca a primera hora de la mañana es una tradición.
«Obligado a tirar la leche hoy, lo que supone un desperdicio de 17.000 litros», lamentó el lunes Robert Mallett, productor de Wiltshire en el suroeste de Inglaterra.
Una quesería, Winterdale, localizada en Kent, publicó un video donde se muestran decenas de litros derramados por el desagüe: «No fue recogida hoy y tristemente se echó a perder y encima aún no nos han pagado la leche de febrero», comenta este productor.
Según Farming UK, la demanda en los hogares se disparó en marzo, ya que por el confinamiento la gente come en casa, y la demanda de profesionales de la hostelería y restauración se derrumbó.
Como consecuencia, Freshways Group, uno de los principales mayoristas del sector decidió reducir considerablemente el precio que paga a los productores.
Mientras, los consumidores se apuraron a comprar leche y productos lácteos en un inicio, para congelarlos, y posteriormente la demanda se congeló. La Real Asociación de Productores Lácteos Británicos (RABDF) pidió el martes al gobierno unplan de ayuda para el sector con la que se trate de evitar una crisis más amplia.
Se pidió a los poderes públicos «que reembolsen a los productores de leche que no reciben suficiente dinero por su leche o que tienen que tirarla».
La Federación calcula que 300 ganaderos podrían acogerse a esta medida, lo que representa aproximadamente un millón de litros de leche producidos al día.
Por su parte, la poderosa Unión Nacional de Granjeros (NFU) dice estar trabajando con el gobierno para resolver el problema, tratando de llevar el excedente de leche directamente a las tiendas sin pasar por los intermediarios.
Fuente: infobae.com