Los productores seleccionan cuidadosamente a sus ejemplares en función de sus necesidades productivas y las demandas del mercado. La diversidad de ganaderías a lo largo del país exige adaptabilidad y selección meticulosa para garantizar la eficiencia y calidad en la producción. En España existe una cantidad considerable de razas de vacas (46), tanto lecheras como de carne, únicamente siendo 6 razas no autóctonas.
La mejora genética de las poblaciones ganaderas se logra a través de acciones deliberadas realizadas por los ganaderos con el objetivo de incrementar la productividad futura de sus rebaños. Este proceso busca obtener generaciones sucesivas de reproductores más eficientes, ya sea en la producción de carne, leche u otros productos, con el fin último de hacer que la explotación ganadera sea más rentable.
La premisa fundamental de esta mejora genética radica en el hecho de que las características productivas de los animales están influenciadas en gran medida por su composición genética, heredada de sus progenitores y transmitida a su descendencia. En esencia, el principio subyacente es que al reproducir animales con altos niveles de productividad, se tiene la expectativa de que sus crías también hereden y manifiesten estas cualidades destacadas. Por lo tanto, el cruce selectivo y la reproducción planificada se convierten en herramientas clave en el arsenal del ganadero para potenciar y perpetuar las características deseables en sus animales de cría.
La mejora genética del ganado vacuno cárnico está muy condicionada por las particularidades de cada raza y las circunstancias de su sistema de producción. |
Para simplificar el contenido, en la tabla de a continuación se mencionan las 12 razas más utilizadas a lo largo del territorio nacional con 3 características importantes para la producción de vacuno de carne.
Raza | Precocidad | Rendimiento Cárnico | Rusticidad |
---|---|---|---|
Alistana-Sanabresa | Media | Buena | Alta |
Avileña | Alta | Buena | Alta |
Asturiana de los Valles | Media | Media | Alta |
Cachena | Baja | Media | Alta |
Morucha | Alta | Excelente | Alta |
Parda de Montaña | Alta | Buena | Alta |
Retinta | Alta | Buena | Alta |
Rubia Gallega | Media | Buena | Media |
Sayaguesa | Alta | Buena | Alta |
Tudanca | Media | Buena | Alta |
Lidia | Alta | Media | Alta |
Limusina | Alta | Excelente | Media |
Precocidad |
Capacidad de los animales para alcanzar su peso óptimo de sacrificio en un período de tiempo relativamente corto. En términos prácticos, un animal precoz alcanza su peso de comercialización en menos tiempo que uno de la misma raza pero menos precoz. La precocidad es un factor crucial en la producción de carne, ya que un ciclo de engorde más corto permite a los ganaderos reducir los costos de alimentación y otros gastos asociados al mantenimiento del animal en la explotación.
Rendimiento cárnico |
La cantidad y calidad de la carne que se obtiene de un animal sacrificado. Este aspecto está influenciado por varios factores, como la genética del animal, su alimentación, su edad al momento del sacrificio y su grado de madurez. Un alto rendimiento cárnico implica que una mayor proporción del peso del animal sacrificado se convierte en carne de calidad, lo que es fundamental tanto para la rentabilidad del ganadero como para satisfacer las expectativas de los consumidores en términos de sabor, terneza y jugosidad de la carne.
Rusticidad |
La capacidad de los animales para adaptarse y sobrevivir en diferentes condiciones ambientales, climáticas y de manejo. Un animal considerado rústico es capaz de tolerar factores estresantes como temperaturas extremas, escasez de alimento o agua, enfermedades comunes en la región, y otros desafíos propios del entorno en el que se encuentra. La rusticidad es una cualidad valiosa en la ganadería, ya que reduce la dependencia de intervenciones externas y contribuye a la eficiencia y sostenibilidad del sistema de producción.
En España, los sistemas de producción de vacuno de carne varían según la región y las condiciones geográficas.
Característica | Intensivo | Semiextensivo | Extensivo |
---|---|---|---|
Espacio y Terreno | Espacio limitado, instalaciones confinadas | Pastoreo en áreas más amplias, pero con cierta confinación | Pastoreo libre en grandes áreas sin confinamiento |
Alimentación | Dieta controlada, alimentación suplementaria, concentrados | Pastoreo en pastos naturales y forrajes, suplementación según | Pastoreo en pastos naturales, forrajes, sin suplementación |
Manejo Sanitario | Control y seguimiento sanitario riguroso, vacunaciones y tratamientos regulares | Seguimiento sanitario básico, vacunaciones y tratamientos regulares | Bajo control sanitario, vacunaciones básicas |
Densidad de Animales | Alta | Media | Baja |
Producción por hectárea | Alta | Media | Baja |
Inversión inicial | Alta | Media | Baja |
Tecnología | Alta | Media | Baja |
El sistema de dehesa, típico del sur y suroeste de España, aprovecha los pastos naturales y los recursos forestales de la región. Los animales se crían en un ambiente semiextensivo, lo que permite una buena rusticidad y adaptabilidad, aunque la precocidad puede ser moderada.
En las zonas montañosas, como los Pirineos o la Cordillera Cantábrica, predomina el sistema de montaña. Aquí, la ganadería se adapta a terrenos escarpados y condiciones climáticas severas. Las razas locales, como la Asturiana de los Valles, son valoradas por su rusticidad y adaptación a estos entornos.
Por otro lado, en las regiones no montañosas de España, como Galicia o la Meseta, se encuentra el sistema no montañoso de la España húmeda. Este sistema se caracteriza por pastos más abundantes y condiciones climáticas menos extremas. Las razas como la Rubia Gallega pueden prosperar en estas condiciones, aunque la precocidad puede ser un factor limitante en comparación con otras razas.
La diversidad geográfica de España se refleja en la variedad de sistemas de producción de vacuno de carne, cada uno adaptado a las condiciones locales y las demandas del mercado.
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