En base a los estudios de Álvaro Rincón Castillo, Phd en Cs Agropecuarias y Fisiología e investigador de Agrosavia de su artículo «Degradación de pradera y estrategias para su recuperación», se expone lo siguiente:
“Con la recuperación o renovación de praderas se busca mejorar su productividad al recobrar su vigor, aumentar la producción e incrementar la calidad del forraje, características que deben ser estables y persistentes”.
Una pradera que se ha mejorado requiere de un manejo adecuado para evitar que vuelva a ocurrir lo mismo, y esto depende de establecer estrategias que incrementen su rendimiento y se ajusten al grado de deterioro que tenga la misma debido al paso del tiempo.
- Recuperación de una pradera: se realiza cuando hay una buena población y cobertura de la especie forrajera, pero su vigor, rebrote y calidad son bajos, por lo que se conserva la especie forrajera original y el objetivo es recuperar su productividad.
Se puede mejorar utilizando fertilizantes que suplementen las deficiencias mostradas en los análisis de suelos y forrajes; si se desea mejorar aún más se puede optar por la siembra de leguminosas forrajeras. Resumiendo:
- Renovación de una pradera: se realiza cuando existe poca población y una pérdida considerable de la cobertura de la especie forrajera principal, por lo que es necesario sembrarla de nuevo o sembrar una nueva especie.
El procedimiento implicaría una labranza profunda y fertilización en base al análisis de suelos y requerimientos de los pastos. Puede hacerse mediante el establecimiento de pastos, pastos asociados con leguminosas y pastos asociados con cultivos.
Fuente: contextoganadero.com