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Sánchez se lanza al ataque de las grandes ganaderías: golpe a los pastos de más de 2 hectáreas

Los ganaderos cobrarán 24 euros menos por oveja, pero solo recibirán 14,46 euros de una ayuda que, además, excluye a buena parte de las explotaciones

Los agricultores y ganaderos no dan crédito al número de disparates que acumula la creciente regulación sobre el campo. El epicentro de esta normativa se encuentra en las exigencias del Gobierno de Pedro Sánchez para poder acceder a los fondos de la PAC. Allí hay restricciones de todo tipo denominadas «eco regímenes». La última supone todo un ataque a las grandes ganaderías: un golpe a los pastos de más de 2 hectáreas.

El Gobierno de Pedro Sánchez ha exigido ya criterios tecnológicos a los agricultores; ha obligado a rellenar un diario de la vaca o de cualquier otro animal, detallando los paseos que se dan por el campo durante cada jornada; ha limitado los pastos de los animales; ha reducido los tipos de fertilizante que pueden usar los agricultores; y para los campos de frutales, ha exigido dejar prácticamente la mitad del terreno sin cultivar.

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Era complicado imaginar un periodo con más trabas al campo. Pero Sánchez lo ha conseguido: la nueva PAC es muy diferente a la actual. Nunca se habían aprobado unas normas de acceso a los fondos de la PAC tan complejas, con tantas novedades, recortes, burocracia, obligaciones y normas. Se han incorporado nuevos criterios de reparto y exigencias como la Ayuda Básica a la Renta para la Sostenibilidad, el Pago Redistributivo, el Pago a Jóvenes, las Ayudas Asociadas, el Capping, la Condicionalidad Reforzada, la Condicionalidad Social, los famosos eco regímenes, el Agricultor Activo reformulado, los Requisitos Legales de Gestión, las Intervenciones Sectoriales, etc.

Y uno de los últimos desatinos descubiertos en medio de esta maraña afecta los pastos. La locura se ha incluido dentro de la ayuda asociada al ganado ovino y caprino que pasta en barbechos, rastrojeras o restos de cosecha hortícola. Y afecta, además, también a la ganadería extensiva y semiextensiva sin pastos a su disposición.

Así, teóricamente, se pretendía compensar por la enorme pérdida económica que están sufriendo los ganaderos de ovino que tienen derechos especiales, que desaparecen a partir de 2023. Lo cierto es que los ganaderos de ovino con derechos especiales pasarán de cobrar 36 euros por oveja a cobrar 12 euros por el pago acoplado de ovino, convirtiéndose en los que más pierden con esta reforma. Y es que pasan a cobrar sólo un tercio de lo que percibían, perdiendo 24 euros por animal.

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La nueva ayuda planificada es de sólo 14,46 euros, con lo que, por lo tanto, no compensa los 24 euros que pierden. Pero, encima, se han incluido unos requisitos más complejos: como la carga ganadera máxima de 1,2 UGM por hectárea y, por lo tanto, la obligación de declarar en su PAC una superficie de rastrojos agrícolas (que no de pastos) acorde a esas UGMs. Esto en la práctica, es más que difícil que se dé, puesto que, normalmente, los que declaran estas superficies agrícolas y las arriendan para rastrojos, no la declararán también para esta nueva ayuda.

Además, esta nueva ayuda excluye a todos los ganaderos que declaren más de 2 hectáreas de pastos en su expediente. Hasta ahora, sí podían declarar pastos en su PAC y seguían cobrando los derechos especiales. Pero ahora ya no podrán hacerlo, con lo que se excluye de facto a todos aquellos que estaban en esta situación.

Desde ASAJA Córdoba señalan que se trata de «un disparate que hará que está ayuda no llegue a casi ningún ganadero y se pierdan estos fondos tan necesarios para un sector que mantiene la economía de las zonas rurales y evita los incendios con el pastoreo».


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