En Villaescusa de Haro, Cuenca, la viruela ovina ha obligado a sacrificar 27.000 ovejas.
La ganadería es el principal motor económico de la comarca y con esta catástrofe han tenido que despedir a 65 trabajadores, un número muy significativo ya que el pueblo cuenta con menos de 500 habitantes. Ahora con las naves vacías muchos ganaderos tienen que empezar de cero.
¿Cómo ha llegado la viruela ovina?
La viruela ovina es una enfermedad erradicada de Europa hace 50 años. Su regreso ha supuesto una catástrofe para muchos ganaderos.
Se introdujo en España desde el norte de África a través de animales comprados por ganaderos granadinos. Se ha ido extendiendo hasta Villaescusa de Haro, en la provincia de Cuenca. En este pueblo ha provocado que se sacrifique toda la cabaña ovina, es decir, 27.000 animales.
¿Cuáles han sido las consecuencias para la ganadería de Antonio González?
Antonio Gutiérrez es ganadero y ha estado rodeado de ovejas desde que nació, hace 61 años. En su granja criaba 20.000 ovejas. De ellas obtenía la materia prima para elaborar sus propios quesos manchegos y también vendía para otras diez fábricas. Las ha tenido que sacrificar todas.
Ahora le es muy difícil contemplar las naves vacías donde antes comían y se ordeñaban, entre un constante balido, de unos animales para él muy queridos. Tiene que empezar de cero. Está intentando comprar las 5.000 primeras ovejas de raza manchega para recomenzar el negocio.
Sus animales se contagiaron de viruela ovina en el campo, en unos comederos que compartían con otras ovejas. Solo un pequeño porcentaje enfermó, pero el protocolo sanitario obliga a eliminar los rebaños enteros. Nos asegura que la indemnización que le van a pagar las administraciones no alcanza para sufragar el 30% del valor de los animales. Pero está dispuesto a hacerlo: «Cuando ves que es una injusticia lo que ha pasado, sacas fuerzas desde dentro para iniciar el proceso cuanto antes».
Sin ovejas ha tenido que despedir a toda la plantilla, la mitad con un ERE y la otra mitad con un ERTE.
Un desastre para Villaescusa de Haro
Las ganaderías de Villaescusa de Haro han tenido que despedir a 65 trabajadores. Una catástrofe para un pueblo de menos de 500 habitantes. El alcalde, Cayetano asegura que el impacto es enorme. La ganadería es el motor económico de la localidad y de la comarca. Si los trabajadores despedidos se van del pueblo podría afectar a un 15% del censo municipal y la repercusión en los comercios y negocios se hará notar.
En la principal quesería del pueblo se han quedado sin leche para fabricar más. Afortunadamente tenían avanzada la campaña de Navidad y van a poder cumplir con sus compromisos. El queso manchego de Villaescusa, premiado internacionalmente, es el otro puntal económico del pueblo. Confían en que los ganaderos puedan recuperarse de la debacle y dentro de unos meses poder contar con la leche de las ovejas, la materia prima de su producción.