Dentro de la UE la ganadería de carne tiene una edad media de sacrificio de 24 meses. Sin embargo, en España la edad de sacrificio no supera los 15 meses, por lo que en su mayoría se ofrece al consumidor carne de añojo que es tierna, conformada y con algo de infiltración grasa, lo que le da mejor sabor.
Estos terneros destinados a la producción de carne pueden proceder de:
- Explotaciones de vacas nodrizas en regímenes semiextensivos.
- Explotaciones de vacuno de leche.
A los animales que se sacrifican de vacas con aptitud lechera o mixta se les llama terneros MAMONES. Son llamados así porque se destetan muy temprano, entre el primero y segundo día de vida y, antes de ir al cebadero, pasan por una explotación en donde son alimentados con lactoreemplazante y piensos.
Estos animales, en su mayoría, son hijos de vacas frisonas y se comercializan como carne de ganado frisón o pinto.
El ternero Mamón se clasifica en dos tipos, de acuerdo con la llegada a la mamonera:
- Mamón ligero que llega con menos de 55 Kg de peso vivo.
- Mamón pesado que llega con más de 55 Kg de peso vivo.
El objetivo es gastar lo menos posible en leche, favoreciendo el consumo de pienso para alcanzar la fase de rumiante antes de las 4 semanas de vida, siempre controlando los costes de producción.
Los primeros 35 días de llegada a la mamonera se llaman fase de lactancia y el alimento principal es leche reconstituida (lactoreemplazante diluido en agua).
El primer y segundo día de llegada a la explotación es recomendable administrar rehidratante (recomendamos BILANTUL REHIDRA) y, a partir del tercer día leche, agua y pienso de iniciación o prestarter a libre disposición.
Entre las tomas de leche, debe haber como mínimo 4 horas que es el tiempo de vaciado del abomaso. Se debe tener en cuenta que, para estimular el cierre de la gotera esofágica (comunicación directa entre el esófago y el abomaso), la temperatura de suministro de la leche debe ser por encima de 40 grados y la posición para la toma debe ser con el esófago extendido.
La otra parte de terneros son los llamados PASTEROS que vienen de las explotaciones de vacas nodrizas. Estos animales permanecen con sus madres hasta aproximadamente 6 meses de edad, no hay lactancia artificial y tienen a libre disposición pienso y paja.
En este caso, aunque el ternero está consumiendo leche materna, es importante dar un pienso de iniciación ya que se le quita carga a la madre y se puede mejorar la reproducción, lo que se traduce en más kilos de peso vivo destetado por año.
Tras esta etapa, los terneros van al cebadero. En estas instalaciones se reciben terneros salidos de la mamonera con 120-125 kg y unos 100 días de vida y terneros pasteros con unos 200 kg y unos 180 días de vida. A partir de este momento se hace un crecimiento acelerado para llevarlos a sacrificio, a mamones a los 12 meses y pasteros a los 15 aproximadamente.
En este punto podemos agrupar los terneros en 3 tipos:
- Precoces al engrasamiento: donde están los terneros pintos y puros de razas autóctonas.
- Precocidad media: los terneros cruzados.
- Tardíos al engrasamiento: aquí tenemos a las razas cárnicas puras, como limousin, blonde d’aquitaine, azul belga, entre otros.
En la entrada al cebo, es muy importante el uso de rehidratante antes de cualquier manejo, lo que evita deshidratación y sequedad de las mucosas, patologías digestivas, respiratorias y pobres respuestas inmunes tanto a vacunas como a patógenos.
Por otro lado, lo ideal es poner heno de gramíneas con tallos muy finos, es decir, pastos de buena calidad para evitar los consumos de pienso incontrolados que puedan causar acidosis.
Se debe poner bien extendido a lo largo del comedero y, a ser posible, picado en carro unifeed para que el ternero se adapte y aprenda a comer. Pasados 21 días, se cambia este heno por paja dejando el mismo pienso, provocando así, una adaptación de la microbiota ruminal sin afectar el bienestar del animal.
Una vez hecho esto, se debe suministrar un pienso único (crecimiento-cebo) hasta el sacrificio, evitando hacer cambios de piensos en esta etapa productiva que puedan provocar paradas de crecimiento en el animal por cambios de la microbiota ruminal.
Es importante, por este motivo, recordar que la microbiota del rumen es la responsable de la descomposición del material vegetal y su proteína microbiana representa la principal fuente de proteína para el rumiante.
Por lo tanto, los aspectos clave de la fermentación ruminal están regulados por grupos microbianos particulares que se dividen en: bacterias, protozoos, hongos y arqueas metanogénicas, cada una con una actividad metabólica diferente.
En el caso de las bacterias, podemos encontrar fibrolíticas, amilolíticas, proteolíticas, lipolíticas, productoras y consumidoras de lactato. Estas bacterias dependen del sustrato que llega en la dieta y su concentración varía de acuerdo con el mismo.
Es decir, si la dieta tiene mucha fibra crecen bacterias especializadas en digerir este nutriente y, si hay un cambio en las materias primas o su concentración, esta microbiota tiene que modificar su población y adaptarse al nuevo sustrato, lo que representa una pausa en los terneros de unos 10 a 15 días en los que se ve afectado el consumo y, por ende, la ganancia de peso y el índice de conversión.
La actividad en el caso de los protozoos es la degradación de la fibra, en los hongos es la degradación de polisacáridos y, también, son degradadores activos de las fibras, particularmente cuando se consumen dietas de baja calidad.
Las arqueas metanogénicas usan sustrato de la ración y producen gas metano y éstas aumentan cuando aumenta el contenido de forrajes o fibra en la ración produciendo más gas metano, es decir, cuanta más fibra hay en la dieta mayor es la producción de gas metano porque se liberan ácidos grasos volátiles y esto hace que se aumente el IC y se liberen estos gases al medio ambiente.
En la etapa de cebo es muy importante mantener un solo pienso y, como el objetivo es producir animales en menos de 15 meses, estos piensos deben ser energéticamente ricos, con altos aportes de almidones, para conseguir un pienso más sostenible y con menos producción de metano a la atmósfera.
En AMBiotec, formulamos dietas para la microbiota ruminal con el uso de correctores diseñados exclusivamente que nos permiten llegar a niveles energéticos altos, usando más del 50% de almidones sin tener riesgo de acidosis. También, altos niveles de grasa para incrementar la producción del ácido linoleico conjugado en la grasa infiltrada y favorecer el crecimiento acelerado de los animales.
Por otro lado, apostamos por el uso de valores bajos en proteína (menos del 11%) estimulando la producción de la proteína ruminal 100% asimilable, con lo que evitamos la contaminación ambiental por los gases formados.
En el caso de la fibra, debido a que su digestión absorbe muchas calorías que son necesarias para producir carne, recomendamos valores mínimos en el pienso, teniendo en cuenta la disposición adecuada de la paja.
En concordancia con un pienso equilibrado, debemos controlar su granulometría que nos va a afectar en el aprovechamiento de los nutrientes. Se recomienda en rumiantes el uso de harinas groseras, evitando los finos, ya que fermentan muy rápido bajando el pH ruminal, no favorecen la producción de Ac. grasos, aumenta el tránsito intestinal, lo que disminuye la digestibilidad de nutrientes, y generan pérdidas y daños al medio ambiente.
EN CONCLUSIÓN
Teniendo como base que la salud ruminal es fundamental para el bienestar y la salud del ternero, en AMBiotec favorecemos a la microbiota salutífera aportando prebióticos a través de nuestros Premix Vitamínico-Minerales. Recomendamos el uso de materias primas 100% naturales, mejorando la digestibilidad y absorción de los nutrientes y evitando impurezas alimenticias que son el caldo de cultivo de la microbiota patógena.
Con el apoyo técnico y del laboratorio de AMBiotec, implementamos sistemas de manejo acordes con las normativas de bienestar animal y bioseguridad. También realizamos controles de micotoxinas y patógenos que puedan afectar la integridad de la mucosa intestinal.