Antes de la revolución cubana y de la llegada de Ubre Blanca, una vaca en este país producía entre 2-3 litros de leche al día (mientras los estándares internacionales estaban en 16 litros). Si se quería dar un vaso de leche diario a cada niño en Cuba había que multiplicar varias veces la productividad.
Fidel Castro impulsó la investigación genética y el desarrollo de técnicas de producción orientadas a lograr su objetivo, tales como meter las cabezas de las vacas en cámaras de aire acondicionado con la intención de estimular la producción de leche.
Ubre Blanca era un cruce entre un toro Holstein y una vaca cebú que se crió en la Isla de la Juventud y llegó a disfrutar de todo tipo de atenciones: no le gustaba comer lo mismo todos los días y escuchaba música tropical a través de la radio.
«Nació a partir del cruce de dos razas: la Holstein, de alta producción lechera, y la Cebú, muy resistente al calor. Ella es lo que se conoce como una F2, o sea, que tenía un 75 por ciento de sangre Holstein y un 25 de Cebú», indicó el veterinario a su cargo.
En Mayo de 1980 comenzó a llamar la atención del ordeñador y jefe de la vaquería Arnoldo Carreño, ya que en su tercer parto fue capaz de proporcionar hasta 63 litros al día.
Según el veterinario que la atendió, Jorge Alberto Hernández Blanco, a partir de ese momento se decidió mejorar la dieta y el manejo animal. Se le aportó mayor bienestar y se creó un grupo de atención médica multidisciplinario, liderado por la Dra. Rosa Elena Simeón.
«Ella era singular no solo por la cantidad de leche que proporcionaba. A la hora exacta en que sabía que le tocaba comer, iba hasta el comedero y se paraba a mirar fijamente hacia el cuartito donde se guardaba el alimento, para que se lo sirvieran».
En realidad, el objetivo final era destronar el récord mundial de Arlinda Allen, una vaca capitalista norteamericana que producía 89 litros al día y 25.272,4 litros al año.
Tras un intenso y sistemático esfuerzo de entrenamiento para que Ubre Blanca masticara más rápido, y de embutirle comida (130 litros de agua y 230 kg de comida al día), en 1982 rompió el récord de su rival americana produciendo 110 litros en un día y 27.654 anuales ( y 41,2 litros en un sólo ordeño).
Fidel exigía reporte cada 6 horas sobre su vaca. Dedicó discursos e invitó a gobernantes extranjeros a conocer a Ubre Blanca.
«En una ocasión Ubre Blanca estuvo siete días sin rumiar y yo estuve siete días sin dormir», cuenta el veterinario.
A la vaca no le gustaba que le tocaran el lomo, pero en una visita de Fidel Castro, éste le puso la mano sobre el lomo y Ubre Blanca ni se inmutó. El veterinario le aconsejó a Fidel que tuviera cuidado porque el animal tenía un 25% de cebú y él contestó que se fiaba de sus piernas.
Hernández también recuerda: «Cada día tomaba 130 litros de agua, dos litros de miel, y se comía 40 kilos de forraje y 40 de pastoreo inducido, entre otras cosas. Ella misma cogía la hierba y la unía con la miel, entonces se la comía. En total eran más de 250 kilos de alimentos. ¡Un fenómeno, una excepción desde el punto de vista de su aparato digestivo!”
Llevar al animal a una producción tan alta supuso la proliferación del tejido glandular de la ubre al siguiente parto, lo que provocó el descuelgue de la misma al fallar los ligamentos suspensores.
A los 7 días de nacer su descendiente, Camaraco-Tropical, la ubre alcanzó un perímetro de 2 metros y terminó descolgándose.
Al final de su vida, fue trasladada al Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria, donde la sometieron a un tratamiento hormonal para obtener óvulos para futuros estudios.
Todo este proceso exacerbaba un tumor que tenía en la piel (epitelioma), sobre la grupa, como consecuencia de la exposición al sol y al final se tomó la decisión de sacrificarla aproximadamente a los 17 años de edad.
Cuando murió, el diario cubano Granma publicó un número entero al rumiante.
Los logros de la industria láctea cubana se produjeron gracias al apoyo soviético, por lo que al caer el muro de Berlín, la producción de leche se redujo a la mitad y muchos centros lecheros tuvieron que cerrar, incluído el de Ubre Blanca.
En el Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria de Cuba se encuentran los restos disecados y colocados en el interior de una caja de cristal.
Ninguno de sus descendientes se acercó a los récords de su antepasada y los intentos de clonarla han fracasado.
Hubo que esperar hasta 2014 para que la vaca brasileña Indiana rompiera su récord, una vaca de raza Girolando que produjo 115,020 kg de leche en un día, superando en 4,12 kg a Ubreblanca.
Según Hernández, “Hoy se habla de una vaca brasileña que en un día dio más de 120 litros, pero lo que con seguridad sigue siendo un récord mundial es la cantidad que Ubreblanca dio en un año. De eso no hay dudas”.
Fuente: adiantegalicia.es,elcomercio.pe,cibercuba.com,elpais.es