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Una norma revisada sobre la enfermedad, que circuló por primera vez en 2019, ha sido adoptada por la Asamblea Mundial de Delegados durante la 90ª Sesión General de la OMSA.
Tras el éxito de la aplicación de medidas de control eficaces, la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) ha pasado de ser una emergencia de salud pública de importancia internacional a una enfermedad de alcance e impacto sanitario limitados.
El nuevo texto adoptado representa un logro significativo, con actualizaciones que incluyen criterios para determinar el riesgo de enfermedad junto con recomendaciones sobre la vigilancia de la enfermedad y el comercio seguro. Es un reflejo del trabajo de la Organización para abordar cuestiones complejas, crear consenso entre los Miembros y encontrar soluciones actualizadas y basadas en la ciencia que sean beneficiosas tanto para la sanidad animal como para la salud humana.
Las Comisiones Especializadas de la OMSA impulsaron la revisión de la norma. Por eso realizaron una entrevista al Dr. Cristóbal Zepeda, Presidente de la Comisión Científica para las Enfermedades Animales, y al Dr. Etienne Bonbon, Presidente de la Comisión de Normas Sanitarias para los Animales Terrestres.
¿Cuál es el impacto de la EEB en la actualidad?
Para Cristóbal Zepeda, «al principio de la epidemia de EEB, a finales de los ochenta y principios de los noventa, la mayoría de los casos se detectaron en unos pocos países, la mayoría en Europa. Hoy en día, la incidencia de la EEB se ha reducido casi a cero, ya que la mayoría de los países han aplicado medidas para evitar el reciclaje de materiales específicos de riesgo (MER)».
Etienne Bonbon añade que «la incertidumbre en torno a la epidemiología de la EEB justificaba en el pasado la adopción de importantes medidas de precaución frente a la enfermedad. Hoy en día, su incidencia casi nula en todo el mundo minimiza el riesgo de enfermedad y exige otro nivel de precaución para hacer frente a un escenario novedoso».
Dr Cristóbal Zepeda, Dr Etienne Bonbon
¿Por qué se revisó la norma sobre la EEB?
«Se ha actualizado la norma sobre la EEB para adaptarla a los conocimientos científicos actuales y a un contexto epidemiológico en evolución. Se propusieron varios cambios. El primero se refiere a la necesidad de una evaluación completa del riesgo de enfermedad, que incluya evaluaciones de la entrada y la exposición, para determinar la situación de riesgo de un país o una zona. El segundo permite simplificar la vigilancia para ajustarla mejor a la realidad sobre el terreno, garantizando al mismo tiempo que los países establezcan unos requisitos sanitarios mínimos. De hecho, el coste de implantar un sistema de vigilancia basado en puntos es considerable y algunos países con rebaños pequeños sencillamente no pueden cumplir tales requisitos. Hemos elaborado directrices para ayudar a los países en la transición a este nuevo sistema. El último cambio importante es la eliminación de la EEB atípica de la lista de enfermedades que requieren notificación obligatoria a la OMSA. La EEB atípica aparece espontáneamente en las poblaciones bovinas en un porcentaje muy bajo. Además, la única prueba de reciclado potencial de materiales específicos de riesgo se encontró en condiciones experimentales que sería extremadamente improbable que se reprodujeran en condiciones de campo», respondió Cristóbal Zepeda.
«Al examinar los cambios introducidos por la norma revisada sobre la EEB, es importante señalar que la EEB atípica se ha eliminado de la lista también porque se ha comprobado que se trata de una enfermedad muy rara y esporádica, sin implicaciones significativas para la salud animal o pública», explica Etienne Bonbon.
Forma clásica frente a forma atípica de EEB
Hay que distinguir entre estas dos formas (o cepas): |
La forma clásica de EEB aparece debido al consumo de piensos contaminados. Aunque se consideraba una amenaza importante en los años 90, su aparición se ha reducido sustancialmente en los últimos años como resultado de la aplicación con éxito de medidas de control eficaces y su prevalencia se considera ahora extremadamente baja (alrededor de 0 casos). |
La forma atípica de la EEB se refiere a la aparición de formas naturales y esporádicas que se cree que se dan en todas las poblaciones de ganado vacuno a un ritmo muy bajo y que sólo se han identificado en animales de más edad cuando se lleva a cabo una vigilancia intensiva. A principios de la década de 2000, se identificaron priones atípicos causantes de la forma atípica de la EEB como resultado de una mayor vigilancia de las encefalopatías espongiformes transmisibles. El número de casos de EEB atípica es insignificante. Aunque hasta la fecha no hay pruebas que indiquen que la forma atípica de la enfermedad pueda ser transmisible, no se ha excluido el reciclaje del agente de esta forma de EEB y, por lo tanto, como medida de precaución, se recomienda aplicar medidas para reducir el riesgo de exposición en la cadena alimentaria. Para más información, consulte WAHIS. |
¿Cuáles fueron los retos del proceso?
Segun Cristóbal Zepeda, «la OMSA tiene un procedimiento para el reconocimiento oficial del estatus de riesgo de EEB. En el contexto de la revisión de esta norma, tuvimos que asegurarnos de que los Miembros que ya tenían un estatus oficial de riesgo de EEB siguieran cumpliendo con la norma revisada sobre EEB. Esto implicó un trabajo significativo para evaluar retrospectivamente los expedientes presentados por estos Miembros, en particular aquellos que fueron reconocidos sobre la base de una evaluación de entrada insignificante en lugar de una evaluación de exposición insignificante».
«Además la OMSA se esfuerza por encontrar el consenso entre sus Miembros. El logro alcanzado con la norma sobre EEB es el resultado de un proceso en varias etapas que implicó numerosos debates entre expertos, consultas con los Miembros e incluso un primer debate con la asamblea el año pasado. El proceso muestra cómo funcionan los distintos órganos rectores de la Organización, y también pone de relieve el papel de las Comisiones Especializadas en el proceso. Estas comisiones desempeñan un papel clave a la hora de garantizar que las normas sean científicamente sólidas y de llegar a un entendimiento común a través de las consultas con los Miembros,» recalca Etienne Bonbon.
¿Tendrá la nueva norma sobre la EEB repercusiones en el nivel de vigilancia de esta enfermedad?
«Las normas internacionales de la OMSA para la vigilancia de enfermedades animales – incluida la EEB – son cruciales para determinar la ausencia, presencia y distribución de enfermedades animales y riesgos asociados, así como para detectar enfermedades emergentes lo antes posible. En el contexto epidemiológico actual de esta enfermedad, los diputados consideran cada vez más necesaria una modificación de la norma», contestó Cristóbal Zepeda.
Etienne Bonbon explicó que «la justificada simplificación y reducción de costes de los métodos de vigilancia no conllevará una disminución de su eficacia. Al contrario, este sistema más flexible basado en el examen clínico sobre el terreno refleja la información científica actual y responde a una diversidad de necesidades en los distintos países».
¿Cuál será el impacto de esta nueva norma en el comercio internacional?
Para Cristóbal Zepeda «los cambios en los requisitos de vigilancia supondrán un incentivo para que los países que no han obtenido el estatus oficial de riesgo lo soliciten. Al eliminar la EEB atípica de la lista de enfermedades, los países no impondrán restricciones comerciales injustificadas».
Y para Etienne Bonbon, «con la adopción de la norma revisada, los beneficios superarán con creces cualquier riesgo de introducción o aparición de enfermedades. Si se aplica bien, se facilitará el acceso al comercio, lo que acelerará el desarrollo económico y mejorará la seguridad alimentaria, al tiempo que seguirá disminuyendo la probabilidad de nuevos casos de EEB».
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