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Los procesos digestivos suponen la principal amenaza en las primeras semanas de vida de los rumiantes, siendo el síndrome diarreico la principal presentación patológica, produciéndose un aumento del número de deposiciones, con alteración de su consistencia.
Se trata de un proceso multifactorial caracterizado por un cuadro clínico con deshidratación como síntoma más destacado, acompañado de fiebre, abatimiento y anorexia. Su aparición temprana supone un punto de inflexión en la viabilidad de estos animales.
Pese a la mejora continua en medidas de bioseguridad, manejo y protocolos sanitarios, la amplia etiología de estos procesos y el gran número de factores que influyen hacen de ellos una amenaza constante en las fases de recría e inicios de cebo en las explotaciones. |
Además de una morbilidad y mortalidad elevadas, suponen una alteración importante del rendimiento zootécnico de los animales, provocando importantes pérdidas en la expresión del potencial genético y productivo.
Todo ello se traduce en un considerable impacto económico en las granjas. |
Etiología
La etiología de este síndrome es variada, y en muchos casos múltiple (Díaz y col., 2018), siendo los principales agentes infecciosos en bovinos:
BACTERIAS: generalmente causantes de las diarreas en los primeros días de vida, cuyas toxinas provocan una hipersecreción a nivel del epitelio digestivo. Las principales son:
VIRUS: principalmente debida a Rotavirus y Coronavirus, contaminando de forma individual, conjunta o combinada con otros patógenos. En menor medida, también puede existir infección por BVD o IBR.
PARÁSITOS: principalmente infecciones protozoarias, como:
En cuanto a los pequeños rumiantes, la etiología del síndrome diarreico sigue una clasificación similar:
BACTERIAS:
VIRUS: normalmente provocada por rotavirus y coronavirus, en la primera semana de vida.
PARÁSITOS: infecciones por criptosporidios y coccidios (Eimeria spp.).
Como hemos comentado anteriormente, las patologías digestivas representan la principal causa de morbilidad y mortalidad durante la lactancia de los rumiantes, llegando a suponer más del 50% de las patologías neonatales (Lombard, 2020), y alcanzando niveles de mortalidad de hasta el 48% de los animales infectados.
Pese a la evolución que ha sufrido el sector, mejorando muchos de los aspectos implicados en estos procesos (instalaciones, manejo, control sanitario, etc.), aún existe una incidencia alta de patologías digestivas. Esto se debe a todos los agentes y factores que influyen en el desarrollo de este síndrome, proliferando distintos tipos de infección en función de las medidas de control (De Graaf y col, 1999).
Dentro del proceso multifactorial, podemos clasificar dos tipos de factores, unos predisponentes (o de riesgo) y unos determinantes:
FACTORES PREDISPONENTES:
FACTORES DETERMINANTES:
Fisiología del síndrome
En cuanto a la fisiología del síndrome, se produce un desequilibrio entre los procesos de absorción y secreción a nivel intestinal, frente al cual el organismo reacciona desencadenando un mecanismo de defensa:
La gravedad del síndrome diarreico neonatal (SDN) dependerá de:
Una vez los animales se ven afectados por el SDN, presentan una sintomatología general caracterizada por:
Así como una sintomatología digestiva propia, con abdomen distendido (con notable timpanismo), palpación externa del cuajo a nivel del abomaso, auscultación de líquido a nivel intestinal y presencia de heces blandas, con diferentes texturas y colores, que manchan la zona perianal y los corvejones. El principal síntoma para valorar el SDN y mayor indicador de la gravedad de este es la deshidratación.
Según la apreciación de distintos signos macroscópicos, se elabora una escala con distintos niveles de deshidratación (Kehoe and Heinrichs, 2005), en la que se valora desde un estado inicial de leve depresión (hasta 5% de deshidratación) hasta un estado comatoso crítico (hasta 12-14%) previo a la muerte del animal.
Todo control debe ir siempre dirigido a la prevención, la cual se basa en tomar o llevar a cabo medidas de control de los factores comentados con anterioridad:
CONTROL DE FACTORES PREDISPONENTES:
CONTROL DE FACTORES DETERMINANTES:
Por ello, podemos estimar que una correcta prevención se sostiene sobre tres pilares fundamentales:
Cuando las medidas preventivas no son suficientes y existe presentación clínica del SDN en la explotación, llevaremos a cabo un tratamiento basado en:
Desde LIPTOSA, pioneros en soluciones naturales desde hace más de 25 años, basamos el mecanismo de actuación en rehidratar, controlar y recuperar. Para ello hemos desarrollado, dentro de nuestra línea de rumiantes, una serie de productos que nos permiten actuar sobre estos tres pilares.
De cara a corregir el desequilibrio hídrico y energético, desde LIPTOSA ofrecemos nuestra completa gama de rehidratantes HIDRALIP, con tres fórmulas distintas que permiten adaptarse a las distintas presentaciones del SDN y responder a las necesidades y realidades diarias de cada explotación.
Partiendo de un rehidratante completo para cualquier tipo de presentación del síndrome diarreico (HIDRALIP), buscamos un mejor control y recuperación gracias a la adición de pectinas y fructooligosacáridos (HIDRALIP FORTE), o incluso aportar un extra de energía a la vez que se corrige la deshidratación (HIDRALIP FEED).
Nuestro enfoque pasa por prevenir, controlar y recuperar la deshidratación, mejorando el equilibrio de la microbiota saprófita y la actividad digestiva (gracias a los componentes botánicos), así como aumentando la resistencia del animal frente a los factores estresantes (épocas de calor, transporte, etc.).
A su vez, lanzamos nuestra línea RUMI SAVER, enfocada en el control inespecífico del síndrome diarreico y la estabilización de la salud intestinal.
Sus distintas presentaciones, para uso directo o mezclado con el lactoreemplazante, permiten ayudar al control de la proliferación de los patógenos responsables del SDN, a la vez que se mejora la integridad intestinal y se estimula el desarrollo óptimo de la microbiota.
Gracias a su composición natural a base de ácidos grasos vegetales, botánicos, prebióticos y probióticos, nos permite actuar de forma rápida y eficaz (con las presentaciones en gel y semigel para uso directo en boca) o continuada (con el polvo soluble, idóneo para prevenir y estimular el desarrollo del ambiente digestivo).
La versatilidad de las soluciones LIPTOSA da lugar a un amplio rango de uso, pudiendo combinarse entre ellas o con otros productos o tratamientos, y permitiendo adaptarse a los distintos sistemas de producción y necesidades específicas de cada ganadería.
Por último, debemos ser conscientes de la importancia sanitaria y económica de estas patologías, donde la prevención a de ser el punto de partida para un buen programa de control (sin olvidar la ubicuidad y continua evolución del SDN) y el diagnóstico se antoja indispensable para que las medidas de control sean duraderamente eficaces.
Desde el servicio técnico de LIPTOSA, nos enorgullecemos de ofrecer soluciones naturales adaptadas para las distintas situaciones y ritmos productivos, con la seguridad y soporte de nuestro know-how, nuestra larga experiencia en el campo de los fitobióticos y nuestra filosofía Green Way of Life.
Guillermo Pardo Pizarro
Ruminant Manager de Liptosa
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