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30 May 2025

Estrategias integrales de bioseguridad para la prevención y control de la Fiebre Aftosa



AUTOR

David García Páez

Farmacéutico y Director Técnico en OneSilex, Expertos en Bioseguridad Aplicada

La Fiebre Aftosa (FA), conocida internacionalmente como Foot and Mouth Disease (FMD), representa uno de los desafíos sanitarios más acuciantes y económicamente perjudiciales para el sector ganadero a escala global.

Esta enfermedad viral, caracterizada por su elevadísima contagiosidad, afecta primordialmente a los ungulados de pezuña hendida (biungulados), incluyendo especies de fundamental importancia zootécnica y económica como bovinos, porcinos, ovinos y caprinos.

A pesar de que la FA no constituye un riesgo significativo para la salud pública humana –siendo las infecciones en personas extremadamente raras y leves–, sus consecuencias para la industria agropecuaria son catastróficas, materializándose en pérdidas económicas ingentes y profundas disrupciones del tejido social y comercial.

Ante la capacidad de diseminación casi explosiva del virus y las drásticas restricciones al comercio internacional que impone la detección de la enfermedad, la PREVENCIÓN emerge no como una opción estratégica más, sino como la piedra angular y la necesidad imperativa para salvaguardar la sanidad animal y la viabilidad económica del sector.

Este artículo tiene como propósito desgranar la complejidad intrínseca de la Fiebre Aftosa, abordando su naturaleza etiológica y clínica, desentrañando las múltiples y eficientes vías a través de las cuales el virus se propaga, cuantificando el impacto socioeconómico que un brote acarrea y delineando las rigurosas y multifacéticas estrategias de bioseguridad que se constituyen en la primera y más robusta línea de defensa para prevenir la entrada del patógeno en explotaciones y territorios libres, así como para controlar y mitigar su diseminación en caso de incursión.

Analizaremos con particular atención:

Los vectores implicados en la transmisión viral y las medidas preventivas esenciales para controlar cada uno de ellos.

Los protocolos de actuación que deben implementarse de forma inmediata y coordinada durante la eventualidad de un brote.

Las herramientas de desinfección disponibles en el arsenal sanitario, resaltando la pertinencia y las ventajas comparativas de formulaciones innovadoras como los desinfectantes en polvo para aplicaciones específicas y estratégicas en el contexto de la bioseguridad.

La bioseguridad no se puede entender como un mero compendio de medidas aisladas, sino como un enfoque integral, estratégico y multinivel, representa el eje innegociable sobre el cual debe pivotar toda política sanitaria y toda práctica productiva orientada a la gestión eficaz del riesgo que la Fiebre Aftosa supone para la ganadería mundial.

COMPRENDIENDO LA AMENAZA: NATURALEZA Y PRESENTACIÓN DE LA FIEBRE AFTOSA

Características etiológicas del virus de la Fiebre Aftosa

La Fiebre Aftosa es una enfermedad de origen viral causada por un virus del género Aphthovirus, perteneciente a la familia Picornaviridae.

La complejidad epidemiológica del virus de la FA se ve acentuada por la existencia de siete serotipos distintos del virus: A, O, C, SAT 1, SAT 2, SAT 3 y Asia 1.

La diversidad antigénica de este virus implica que la inmunidad desarrollada tras la infección por un serotipo específico no confiere protección cruzada significativa frente a los otros serotipos.

Esta particularidad dificulta el diseño y la implementación de programas de vacunación universales y subraya la necesidad crítica de una vigilancia epidemiológica constante para identificar los serotipos y cepas virales circulantes, permitiendo así la selección y uso de vacunas homólogas en caso de vacunación de emergencia.

Presentación clínica de la Fiebre Aftosa

Los signos clínicos que definen la Fiebre Aftosa son, en muchos casos, patognomónicos y reflejan el tropismo del virus por los tejidos epiteliales.

La enfermedad se inicia típicamente con un cuadro febril agudo, seguido de la aparición de vesículas o aftas.

Estas lesiones, que causan un dolor intenso y un malestar considerable, se localizan preferentemente en la mucosa bucal (lengua, encías, paladar), el morro u hocico, el espacio interdigital y los rodetes coronarios de las pezuñas.

En hembras lactantes, las vesículas también pueden desarrollarse en las ubres y pezones.

La ruptura de estas vesículas da lugar a úlceras erosivas que comprometen seriamente la capacidad de los animales para comer y moverse.

Otros síntomas cardinales de la enfermedad incluyen:

Salivación profusa y espumosa (sialorrea), que a menudo cuelga de la boca («babeo»).
Cojera marcada y renuencia a desplazarse, consecuencia directa del dolor causado por las lesiones podales.
Drástica reducción o cese total del apetito (anorexia).
Caída abrupta en la producción de leche y en las tasas de crecimiento.

La enfermedad puede causar abortos en hembras gestantes. Si bien la mortalidad en animales adultos es generalmente baja –salvo por complicaciones secundarias o el impacto del sacrificio sanitario–, en animales jóvenes, particularmente lechones y corderos, la Fiebre Aftosa puede manifestarse como una miocarditis aguda, a menudo mortal, que puede ocurrir sin la presencia de las típicas vesículas externas, complicando el diagnóstico precoz en estas poblaciones.

La capacidad de propagación extremadamente rápida del virus de la FA se debe a una combinación de factores clave, como:

EL DEVASTADOR IMPACTO SOCIOECONÓMICO DE UN BROTE DE FIEBRE AFTOSA

Las repercusiones de un brote de Fiebre Aftosa trascienden con creces las pérdidas directas de animales, afectando de manera demoledora la economía nacional y regional, así como el tejido social de las comunidades ganaderas.

Los costes y consecuencias se manifiestan en diversas dimensiones:

Restricciones comerciales paralizantes

La confirmación de la presencia del virus en un país conlleva la imposición inmediata de severas restricciones o prohibiciones a la exportación de animales vivos susceptibles, carne fresca, productos lácteos sin el tratamiento térmico adecuado y otros productos de origen animal por parte de los países importadores que gozan del estatus de libres de FA.

Estas barreras comerciales, que pueden durar meses o incluso años, resultan en pérdidas económicas masivas para las industrias exportadoras y pueden desestabilizar mercados enteros.

Costes desmesurados para la erradicación y su control posterior

Las estrategias de control y erradicación de un brote de FA son extraordinariamente costosas e incluyen los gastos directos de:

Vigilancia epidemiológica intensificada.
Diagnóstico
Sacrificio sanitario masivo de animales infectados y de contacto.
Gestión y eliminación segura de cadáveres.
Limpieza y desinfección exhaustiva de las instalaciones y el entorno.
Posible compra y aplicación de vacunas en programas de vacunación de emergencia.

Los brotes históricos han demostrado que estos costes pueden ascender a miles de millones de euros.

Pérdidas de producción cuantiosas

La enfermedad provoca una caída drástica en la producción de leche y carne, una reducción en las tasas de crecimiento, problemas de fertilidad y un aumento de la mortalidad (directa en jóvenes o por sacrificio), lo que se traduce en pérdidas económicas significativas para los ganaderos, incluso si los animales no mueren directamente por la enfermedad.

Impacto social y psicológico profundo

Los brotes de FA generan un estrés inmenso en los ganaderos y sus familias.

La incertidumbre económica, la interrupción de sus medios de vida y el trauma emocional asociado al sacrificio de sus animales pueden tener consecuencias devastadoras para la salud mental de las personas y desestructurar comunidades rurales enteras que dependen de la ganadería.

Posibles costes para el consumidor

Aunque menos directo, la reducción en la oferta de productos ganaderos causada por las restricciones a la producción y al movimiento puede, en algunos casos, generar aumentos en los precios al consumidor.

La magnitud de estas pérdidas potenciales subraya de manera contundente la racionalidad económica y la imperatividad de invertir proactivamente en medidas de bioseguridad preventiva. El coste de implementar y mantener protocolos de bioseguridad estrictos es considerablemente inferior a los costes asociados a la gestión de un brote declarado.

¡Invertir en Bioseguridad hoy no es gasto, es la mejor póliza para la tranquilidad del mañana!

LA BIOSEGURIDAD COMO EJE CENTRAL: VECTORES DE TRANSMISIÓN Y MEDIDAS PREVENTIVAS

Una defensa eficaz contra la Fiebre Aftosa se cimienta en un conocimiento detallado y un control riguroso de todas las posibles vías de entrada del virus a una explotación o territorio libre y, una vez dentro, diseminarse.

La bioseguridad, en este contexto, implica un conjunto de medidas planificadas y gestionadas para reducir el riesgo de introducción y propagación de agentes infecciosos.

Los principales vectores de transmisión del virus de la Fiebre Aftosa y las estrategias de bioseguridad específicas para contrarrestarlos son:

Movimiento de animales infectados (contacto directo)

La introducción de animales portadores del virus es la ruta de transmisión más eficiente.

BIOSEGURIDAD: UN ENFOQUE ESTRATÉGICO Y MULTINIVEL

La bioseguridad eficaz contra la Fiebre Aftosa requiere un enfoque integrado que opere en distintos niveles de responsabilidad y acción:

DESINFECCIÓN: HERRAMIENTA CRÍTICA EN LA BIOSEGURIDAD

La desinfección es un componente insustituible de cualquier programa de bioseguridad frente a la Fiebre Aftosa.

Su objetivo es inactivar el virus presente en superficies, equipos e instalaciones.

El virus de la FA es relativamente resistente en el ambiente, especialmente protegido por materia orgánica, pero es sensible a pH extremos (<6,0 o >11).

La elección del desinfectante debe basarse en:

Su eficacia contra el virus.
La superficie a tratar.
La presencia de materia orgánica.
La temperatura.
El tiempo de contacto.
La seguridad.

A continuación, se presenta una tabla comparativa de distintos tipos de desinfectantes:

Es fundamental recalcar que la eficacia de cualquier desinfectante se ve drásticamente reducida si las superficies no han sido previamente limpiadas a fondo.

La materia orgánica protege al virus y puede inactivar los principios activos de muchos desinfectantes. Por tanto, la limpieza previa (eliminación física de suciedad, lavado con detergente y enjuague) es un paso indispensable antes de la desinfección siempre que la superficie, el entorno o la instalación lo permita.

LA VENTAJA ESTRATÉGICA DE LOS DESINFECTANTES EN POLVO

Dentro del abanico de herramientas de desinfección, las formulaciones en polvo para aplicación en seco (espolvoreo) ofrecen ventajas complementarias, especialmente en el contexto de la bioseguridad frente a la FA:

Persistencia y acción prolongada: permanecen activos en las superficies durante más tiempo que los líquidos, reaccionando con la humedad ambiental o el contacto directo (saliva, orina), lo que los hace ideales para áreas secas o con humedad intermitente (pasillos, entradas, material de cama).

Aplicación en áreas de difícil acceso: su formato, sobre todo en polvos micronizados, permite tratar superficies porosas o irregulares (suelos de tierra, camas de paja/serrín) donde los líquidos no penetran eficazmente.

Control de humedad: algunos actúan como absorbentes, contribuyendo a crear un ambiente más seco y desfavorable para patógenos, sobre todo insectos y sus larvas (moscas, mosquitos, etc.).

Facilidad y rapidez de aplicación: el espolvoreo es un método rápido y sencillo en grandes superficies o donde no se desea añadir humedad.

Uso en puntos críticos: son útiles para crear barreras sanitarias secas (pediluvios secos) o para aplicar en zonas de alto tránsito animal.

Menor riesgo de congelación: no se congelan a bajas temperaturas, a diferencia de los desinfectantes líquidos.

Los desinfectantes en polvo son, por tanto, un complemento valioso para mantener barreras desinfectantes, así como insecticidas activas y duraderas en puntos estratégicos de la explotación, reforzando la bioseguridad.

BIOSEGURIDAD PARA GANADO EN PASTOREO: PAUTAS ESPECÍFICAS

La producción de ganado en pastoreo presenta desafíos únicos para la bioseguridad, dada la mayor interacción con el medio ambiente y la fauna silvestre.

El protocolo específico para el ganado en pastoreo subraya la necesidad de un plan de bioseguridad estricto, claro, conciso y, bien gestionado, centrado en la prevención y en la continuidad y la viabilidad del negocio.

Este protocolo incluye aspectos clave como:

Gestión y plan escrito

Designación de un garante de bioseguridad y el desarrollo de un plan escrito que incluya mapas de las instalaciones, líneas de separación, puntos de acceso controlado, así como estaciones de limpieza y desinfección (L+D).

Formación del personal

Formación anual documentada para todo el personal, visitantes y proveedores de servicios sobre los protocolos de bioseguridad.

Protección del ganado y las líneas de separación

Establecimiento y demarcación clara de estas líneas para separar las áreas con animales susceptibles de las zonas externas.
Control estricto de los puntos de acceso a través del empleo de vallado perimetral con puntos para la L+D.
Designación de áreas de estacionamiento externas.
Maximizar la distancia con ganado susceptible de propiedades vecinas.

Vehículos y equipos

Limpieza y desinfección obligatoria de vehículos y equipos que crucen la línea de separación, a través de arcos de desinfección.
Mantenimiento de registros de movimientos.
Planes para entregas que minimicen el riesgo.
Limpieza y desinfección de vehículos de transporte de ganado (vacíos).
Evitar que vehículos de transporte llenos crucen la línea de separación (usar zona específica de carga/descarga por etapas).

Personal

Ducharse y usar ropa/calzado limpios y exclusivos al entrar en áreas con ganado.
Registro de visitantes.
Procedimientos bioseguros de entrada/salida en la zona vallada (ropa/calzado dedicados o desechables, desinfección de calzado).

Movimiento de animales

Entrada de animales solo de origen sanitario certificado y sin evidencias de FA.
Recomendación de aislamiento previo al movimiento (al menos 7 días).
Registros detallados de movimientos.
Comunicación de protocolos de bioseguridad a fuentes/destinos y transportistas.
Plan de contingencia para interrupciones de movimiento.
Gestión segura de áreas de carga/descarga.

Movimiento de productos animales

Semen y embriones de origen con protocolos de bioseguridad claramente documentados y libres de FA, transportados en contenedores que se puedan desinfectar.

Eliminación de cadáveres

Protocolos de bioseguridad para la eliminación (incineración, preferiblemente) cumpliendo normativas.
Vehículos de recogida de cadáveres no deben cruzar la línea de separación.

Manejo de estiércol

Almacenamiento y eliminación para evitar exposición del ganado susceptible.
L+D de vehículos/equipos de estiércol externos antes de cruzar la línea de separación.

Control de fauna silvestre, roedores y otros animales

Medidas para minimizar la interacción (limpieza, desbrozado y control de malezas, exclusión física, etc.) que puedan actuar como vectores.

Alimentación

Camiones de reparto de alimento que crucen la línea de separación deben limpiarse y desinfectarse correctamente.
Almacenamiento seguro de alimento para limitar acceso de plagas.
Limpieza inmediata de derrames.

Estas pautas adaptan los principios generales de bioseguridad a las particularidades del pastoreo, reconociendo la importancia de controlar los movimientos, la interacción con el entorno y la necesidad de planificación para la continuidad del negocio.

LA FIEBRE AFTOSA EN LA UNIÓN EUROPEA: VIGILANCIA CONSTANTE Y RESPUESTA COORDINADA

La Unión Europea ha logrado y mantiene un estatus de «Libre de Fiebre Aftosa sin vacunación» en la mayoría de sus Estados Miembros, un logro sanitario y comercial de gran valor. Esto se ha conseguido mediante:

Política de no vacunación preventiva: favorece la detección rápida de circulación viral.
Vigilancia epidemiológica estricta: sistemas de monitorización continua para la detección precoz.
Planes de contingencia robustos: planes detallados en cada Estado Miembro (basados en Directivas de la UE) para una respuesta inmediata (zonificación, inmovilización, sacrificio sanitario, limpieza/desinfección, posible vacunación de emergencia).
Control riguroso de importaciones: normas estrictas para animales y productos de riesgo de países no libres.
Bancos de antígenos y vacunas: reservas estratégicas para producción rápida de vacunas de emergencia.

La política general es común, pero las diferencias entre países (densidad ganadera, recursos, geografía, fronteras) influyen en el riesgo y la respuesta.

La estrategia de erradicación rápida y bioseguridad es compartida y coordinada, con la vacunación de emergencia como herramienta complementaria.

No obstante, los recientes brotes de 2025 en Alemania, Hungría y Eslovaquia subrayan que, a pesar de las medidas, el riesgo de introducción persiste y exige una vigilancia y bioseguridad inquebrantables.

CONCLUSIÓN: LA BIOSEGURIDAD ES UNA PIEDRA ANGULAR PARA LA PREVENCIÓN

La Fiebre Aftosa sigue siendo una de las amenazas más significativas para la ganadería mundial.

Mantener el estatus de libre de la enfermedad y minimizar el impacto de posibles brotes dependen críticamente de la vigilancia constante y la implementación rigurosa de medidas de bioseguridad a todos los niveles.

Comprender a fondo los vectores de transmisión y aplicar soluciones específicas, desde la correcta limpieza y desinfección (considerando herramientas como los desinfectantes en polvo para aplicaciones estratégicas) hasta la gestión biosegura de movimientos y personas, es fundamental.

¡La prevención de la FA es una responsabilidad compartida!

Ganaderos, veterinarios, técnicos responsables en bioseguridad, transportistas, industria y administraciones deben trabajar coordinadamente.

Un enfoque proactivo, basado en la ciencia y centrado en la bioseguridad, es la única vía efectiva para proteger el sector ganadero, la economía rural y la seguridad alimentaria.

La inversión en prevención hoy es la mejor garantía para un futuro ganadero seguro, sostenible y próspero, mitigando el devastador impacto que la Fiebre Aftosa puede generar.

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